Considera que el riesgo que tienen los bancos centrales de equivocarse no es despreciable
Bankinter se mantiene favorable con las bolsas. Cree que la renta variable tiene aún mucho que ofrecer, y así lo pone de manifiesto en su estrategia de inversión para el tercer trimestre del año, en la que refleja unas perspectivas positivas para las acciones. Tanto que sus estrategas otorgan un potencial alcista al Ibex 35 del 11,7%, al S&P 500, del 15% y al EuroStoxx 50, del 19%.
"Estamos en un ciclo expansivo de la economía, en el que hay una posibilidad baja de recesión. El mercado está muy bien respaldado por los beneficios y hay inercia global de la economía hasta el año 2025", señala Ramón Forcada, director del Departamento de Análisis de Mercados de Bankinter.
No obstante, desde la entidad destacan que los mercados podrían atravesar una fase de consolidación, "de mercado parado", con algunas tomas de beneficios "perfectamente asumibles y lógicas", que se correspondería con el verano, en un contexto en el que los tipos de interés seguirán subiendo y donde aún no se haya puesto en evidencia totalmente la mejora de beneficios empresariales que estiman va a tener lugar, sobre todo en 2024/25.
"Este será el factor determinante para la redinamización de las bolsas después del verano y de cara a 2024: la mejora de los beneficios y su impacto favorable sobre las valoraciones. El momento más delicado y que nos genera alguna inquietud es finales de julio, cuando los bancos americanos publicarán sus cifras del segundo trimestre 2023. Será entonces cuando se pondrá de manifiesto si vuelven a sufrir salidas de depósitos", afirman desde el Departamento de Análisis de Mercados de Bankinter.
Bankinter pone de manifiesto también que el ciclo económico demuestra una solidez superior a la esperada, sobre todo el empleo, lo cual cree que serán aprovechado por los bancos centrales para ganar margen de maniobra futura con los tipos.
"Subirán más de lo necesario, al comprobar que la economía no se resiente sustancialmente, para disponer de mayor margen de bajada cuando, más adelante, al debilitarse el ciclo económico, necesiten estimular la economía bajando tipos sin poner en riesgo la inflación", añaden desde la entidad.
En este sentido, Forcada se muestra algo crítico con la actuación de los organismos monetarios y, en su opinión, están actuando sin tener toda la información disponible.
"El riesgo que tienen los bancos centrales de equivocarse, particularmente el Banco Central Europeo (BCE), no es despreciable. Los efectos de las medidas de política monetaria tardan entre 3 y 6 meses en permear completamente sobre la economía, de manera que los efectos definitivos de las subidas aplicadas entre mayo y septiembre no se conocerán de forma fiable hasta finales de agosto como pronto y más probablemente hasta diciembre", expone.
"Y esos efectos podrían terminar siendo contraproducentes para el ciclo económico, más probablemente en la Eurozona que en Estados Unidos. Actuar apresuradamente revela una cierta pérdida de perspectiva", expone el director del Departamento de Análisis de Mercados del banco.
Por ello, subraya que este es el riesgo más preocupante para el segundo semestre, el hecho de que los efectos acumulados y de segunda ronda de las subidas de tipos castiguen a la economía y provoquen una recesión por error de cálculo. Sin embardo, desde la entidad dejan claro que "no es este nuestro escenario central".