Proyecta que el PIB tan sólo crecerá un 5,1% el próximo año tras avanzar un 8% en 2021
El Banco Mundial ha recortado su previsión de crecimiento para China y ve riesgos a la baja para la economía del gigante asiático durante 2022.
"Se espera que el crecimiento del PIB real alcance el 8,0% este año, 0,5 puntos porcentuales menos que la previsión anterior. Se proyecta que el crecimiento se moderará al 5,1% en 2022, más cerca de su potencial, reflejando efectos de base menos favorables, menor apoyo de las exportaciones, y los esfuerzos continuos del Gobierno para reducir el apalancamiento de la economía", ha señalado el Banco Mundial (BM) en su informe sobre China.
"Se prevé que la economía de China se desacelere en 2022. Después de un fuerte repunte en la primera mitad de 2021, la actividad económica en China se enfrió rápidamente en la segunda mitad de este año", ha constatado el organismo.
"Aunque se prevé que el crecimiento se desacelerará el próximo año, esperamos que se recupere el impulso, ayudado por una postura fiscal más favorable", ha añadido el BM. En este sentido, el Banco Popular de China recortó ligeramente los tipos de interés hasta el 3,8% desde el 3,85% este lunes, con la intención de mandar un mensaje más acomodaticio a los mercados, en su primer recorte de este tipo desde abril de 2020.
El BM ha alertado de que "los riesgos a la baja para las perspectivas económicas de China han aumentado. Los brotes domésticos renovados de Covid-19, incluida la nueva variante Ómicron, podrían provocar mayores interrupciones en la actividad económica. Una recesión severa y prolongada en el sector inmobiliario altamente apalancado plantea otro riesgo a la baja que podría tener impactos significativos en toda la economía".
"A corto plazo", ha añadido el organismo, "deben mantenerse los esfuerzos en curso para abordar el apalancamiento excesivo en el sector empresarial. Las autoridades deben estar preparadas para proporcionar políticas de relajación, en caso de que la demanda interna se mantenga lenta en medio de la persistente pandemia y el ajuste en curso en el sector inmobiliario, sin abandonar sus esfuerzos por contener una mayor acumulación de riesgos del sector financiero".
"A medio plazo", ha explicado el BM, "China enfrenta un difícil acto de reequilibrio, por su objetivo de transición hacia un crecimiento de alta calidad. La pandemia y la posterior recuperación han agravado los desequilibrios económicos internos y externos".
"Se destacan tres desafíos particulares", ha concluido el organismo: "primero, reequilibrar la demanda externa a la interna y la inversión y el crecimiento impulsado por la industria a una mayor dependencia del consumo y los servicios; segundo; pasar del peso significativo que se otorga al liderazgo y la regulación estatales a un papel más importante para los mercados y el sector privado; y tercero: transición de una economía alta a una baja en carbono".