El organismo no anticipa el final de los tipos de interés negativos
El Banco de Japón (BoJ) ha decidido mantener este martes su política monetaria ultralaxa, que incluye tipos de interés negativos y control de la curva de los rendimientos de los bonos japoneses a 10 años.
"Con incertidumbres extremadamente altas que rodean las economías y los mercados financieros nacionales y extranjeros, el BoJ continuará pacientemente con la flexibilización monetaria mientras responde ágilmente a la evolución de la actividad económica y los precios, así como a las condiciones financieras", ha explicado en su comunicado.
También ha señalado que "continuará con la Flexibilización Monetaria Cuantitativa y Cualitativa (QQE) y con el Control de la Curva de Rendimiento, con el objetivo de alcanzar el objetivo de estabilidad de precios, siempre que sea necesario para mantener ese objetivo de manera estable".
También "continuará ampliando la base monetaria hasta que la tasa de aumento interanual del IPC observado (todos los artículos menos alimentos frescos) supere el 2% y se mantenga por encima del objetivo de manera estable. El Banco seguirá manteniendo la estabilidad de la financiación, principalmente de las empresas, y de los mercados financieros, y no dudará en adoptar medidas de flexibilización adicionales si fuera necesario".
En línea con este mensaje, el BoJ ha indicado que "en cuanto a los riesgos para las perspectivas, existen incertidumbres extremadamente altas en torno a la actividad económica y los precios de Japón, incluida la evolución de la actividad económica y los precios en el extranjero, la evolución de los precios de las materias primas y el comportamiento de las empresas nacionales en materia de fijación de precios y salarios. En estas circunstancias, es necesario prestar la debida atención a la evolución de los mercados financieros y cambiarios y su impacto en la actividad económica y los precios de Japón".
En cualquier caso, el organismo ha mostrado su confianza en que la economía japonesa alcance sus objetivos de inflación y crecimiento. "Es probable que la economía del Japón continúe recuperándose moderadamente por el momento, respaldada por factores como la materialización de la demanda reprimida, aunque se espera que esté bajo una presión a la baja derivada de una desaceleración en el ritmo de recuperación de las economías extranjeras.
A partir de entonces, a medida que se intensifica gradualmente el círculo virtuoso que va del ingreso al gasto, se prevé que la economía del Japón seguirá creciendo a un ritmo superior a su tasa de crecimiento potencial".
También ha considerado que "es probable que la tasa de aumento interanual del IPC (todos los artículos menos los alimentos frescos) supere el 2% hasta el año fiscal 2024, debido a factores como los efectos restantes del traspaso a los precios al consumidor de los aumentos de costes provocados por el pasado aumento de los precios de las importaciones".
La entidad ha valorado como "probable que la inflación subyacente del IPC aumente gradualmente hacia el logro de la meta de estabilidad de precios, a medida que la brecha del producto se vuelve positiva y las expectativas de inflación y el crecimiento de los salarios a medio y largo plazo aumentan".
Tras este análisis, el BoJ ha mantenido todas sus medidas y no ha anticipado ningún calendario para comenzar a retirarlas. Así, ha mantenido los tipos de interés en el -0,1%; seguirá comprando bonos japoneses sin límite para mantener el rendimiento del bono a 10 años en el 0%; y seguirá manteniendo el control de la curva de rendimiento del bono a 10 años para que no supere el 1%.
Sobre sus compras de activos, seguirá adquiriendo fondos cotizados en bolsa (ETF) y valores emitidos por inmobiliarias (J-REIT) según sea necesario con límites superiores de alrededor de 12 billones de yenes y alrededor de 180.000 millones de yenes, respectivamente, según el ritmo anual de aumento de sus montos pendientes.
El organismo mantendrá "el saldo pendiente de bonos corporativos en aproximadamente 2 billones de yenes. Comprará bonos corporativos aproximadamente al mismo ritmo que antes de la pandemia de Covid-19, de modo que su monto en circulación volverá gradualmente al nivel anterior a la pandemia de alrededor de 3 billones de yenes. Al ajustar el monto en circulación de los bonos corporativos, el Banco tendrá debidamente en cuenta sus condiciones de emisión".
Tras el comunicado del BoJ, los expertos de Oxford Economics reiteran su previsión de que "finalice su política de tipos de interés negativos en abril de 2024", cuando se confirme una "robusta subida de los salarios".
Sin embargo, añaden que "nuestra proyección de la inflación anticipa que el BoJ mantendrá una política de tipos de interés al 0% durante varios años".
Sobre el final de las políticas de flexibilización monetaria y de compra de activos, señalan que "el BoJ no tendrá prisa por terminarla" y anticipan que "la salida será delicada y requerirá muchos años y medidas políticas integrales en conjunto con el gobierno para garantizar un proceso fluido y estable".