No ve debilidades en la relación entre las hipotecas a tipo variable y el endeudamiento de las familias
El Banco de España no ha identificado riesgos estructurales que puedan constituir una amenaza actualmente para el sistema bancario español y que, por tanto, puedan desestabilizar al sistema financiero, si bien ha avisado de algunas vulnerabilidades que pueden impactar de manera indirecta, como la elevada deuda pública y exterior, según se desprende de un análisis analítico publicado este lunes en su Revista de Estabilidad Financiera de otoño de 2022.
En concreto, el supervisor ha elaborado un breve análisis de algunos indicadores para el seguimiento periódico de los riesgos estructurales en el sector bancario español, y ha establecido un mapa de riesgos para comparar las variables españolas con las del resto de la Unión Europea (UE), y ha concluido que las entidades españolas comparten la mayoría de características estructurales de las economías de la UE y que en la actualidad no se identifican riesgos estructurales que puedan constituir una amenaza para el sector bancario español.
En su análisis, se han tenido en cuenta una serie de características estructurales del sector bancario, como el tamaño o la concentración del mercado, el grado de interconexión entre las entidades de crédito nacionales y con sus pares extranjeros, y las exposiciones comunes de sus modelos de negocio a ciertos segmentos, como el hipotecario.
También se han analizado variables estructurales de la economía en general, como la composición y el tamaño de la deuda del sector privado no financiero y de la deuda pública, ya que podrían plantear riesgos para el sistema financiero.
"El análisis de un conjunto adecuado de indicadores --un total de 20-- para identificar los riesgos estructurales es crucial, no solo para detectar estos riesgos, sino también para orientar las decisiones de política macroprudencial en relación al colchón de riesgos sistémicos", afirma el artículo elaborado por las economistas del Banco de España, Carmen Broto y Mariya Melnychuk.
El artículo señala que la mayoría de estos 20 indicadores se encuentran en un rango "normal", tanto en la evolución temporal como en su comparación con países de la UE. Sin embargo, hay alguno de estos indicadores, como el tamaño del sector bancario, los préstamos al sector privado, la financiación procedente de los bancos centrales o la ratio de solvencia CET1 que muestran un nivel "relativamente alto".
Por ejemplo, señala que a largo plazo los indicadores de tamaño y la concentración bancaria, y el de préstamos al sector privado no financiero, no evidencia un riesgo estructural potencial. Sin embargo, en su comparación el resto de países de la UE, estas variables sugieren un nivel de riesgo moderado en España, aunque con tendencia a la baja.
Los otros dos indicadores, el de la financiación procedente de bancos centrales, y la ratio de solvencia CET1 sugieren, en cambio, "potenciales vulnerabilidades estructurales" en España. El análisis explica que, en términos de la ratio CET1, el sector bancario español se situaba entre los bajos de la UE a cierre de 2021, algo que podría estar relacionado con las mayores densidades de ponderación por riesgo de los bancos españoles y con factores estructurales como el uso más generalizado del método estándar para calcular los requerimientos de capital por riesgo de crédito. No obstante, el análisis señala que las ratios de solvencia de la banca española han ido aumentando en los últimos años.
Por otro lado, indica que la financiación de los bancos centrales al sector bancario español ganó en importancia durante la crisis de deuda soberana de 2011 y 2012. A medida que se rebajó la preocupación por la deuda soberana, la dependencia de la banca hacia esta financiación mayorista disminuyó lentamente, al igual que en otros países de la UE. Sin embargo, la crisis de la Covid-19 provocó un nuevo aumento de este indicador en toda la UE.
El Banco de España también recoge cierta vulnerabilidad de las entidades españolas por su exposición al exterior, si bien se ha ido reduciendo en los últimos años, y además indica que se debe a la estructura de filiales independientes que tiene la banca española en el extranjero.
Igualmente señala que los indicadores relacionados con la economía real confirman los "elevados" niveles de deuda pública y exterior, lo que hace que la economía española sea "más sensible" al endurecimiento de las condiciones de financiación, algo que podría extenderse al sistema bancario. Como contrapunto positivo, el análisis recoge que el endeudamiento privado no muestra signos de vulnerabilidad estructural.
Por otro lado, el supervisor señala que la rentabilidad de la banca española está justo por encima de la mediana del resto de bancos de la UE, mientras que su eficiencia es una de las más altas, lo que supone que esta correlación de indicadores no presenta signos de vulnerabilidad.
También analiza la relación entre la financiación procedente de bancos centrales y la ratio de créditos-depósitos (ratio LTD). Al respecto, indica que los bancos suelen captar depósitos para financiar sus préstamos, pero cuando encuentran problemas, optan por la financiación del banco central. La pandemia de Covid-19 se asoció a un mayor riesgo de liquidez, por lo que las entidades recurrieron cada vez más a la financiación de los bancos centrales como medida de precaución.
"La posición relativa del sector bancario español se encuentra en el cuartil más alto de la distribución entre países [de la UE] en ambos indicadores --es decir, en la financiación procedente de bancos centrales y de la ratio LTD-- lo que podría indicar una vulnerabilidad potencial", señala el artículo, que avisa de que, en un contexto de normalización de política monetaria en la UE, es probable que los depósitos de los bancos centrales disminuyan.
Por último, otra relación planteada por el Banco de España es entre el porcentaje de préstamos hipotecarios a tipo variable y el endeudamiento de las familias. El supervisor señala que una combinación de una elevada deuda de los hogares y una alta proporción de hipotecas a tipo variable puede hacer vulnerable al sistema bancario tanto a un reducción de los ingresos de la familia como a un aumento de los tipo de interés.
No obstante, el informe señala que, en la comparación con países de la UE, el sector bancario español está en la parte baja de la distribución para ambos indicadores, ya que, por ejemplo, que el porcentaje de préstamos a tipo variable está por debajo de la media de la UE. Por lo que tampoco identifica ninguna vulnerabilidad al establecer una correlación entre ambas métricas.