El metal de los bombos y la madera de boj de las bolas serán los materiales que decidirán la suerte
El sorteo de la Lotería de Navidad se acerca y los españoles esperan ansiosos para saber si este año se llevarán la pedrea, un buen pellizco o si, por el contrario, la suerte no les sonreirá. Mientras tanto, y para amenizar la espera hasta el 22 de diciembre, no está de más conocer la otra cara del sorteo, la que no se ve, la intrahistoria. Hoy hablamos de los bombos y las bolas de la Lotería de Navidad.
En realidad no hay dos bombos, sino que existen cuatro, dos grandes y dos pequeños. Se usa uno de cada en el sorteo, y los otros dos son los de 'reserva'
Mucha gente desconoce cuál es la historia de la 'maquinaria' que hace posible el sorteo de la Lotería de Navidad. Están los reconocibles bombos (el más grande, en el que están las bolas con todos los números de los décimos que ha puesto en circulación la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, y el pequeño, que guarda las bolas con los premios), pero no hay que olvidarse de los otros elementos sin los que sería imposible llevar a cabo todo esto.
Entre ellos se encuentran las liras (mecanismos en los que se recogen las bolas ordenadas para facilitar su comprobación; hay 132 liras, cada una con capacidad para 500 bolas), el paraguas (dispositivo que se utiliza para colgar las liras y volcarlas en la tolva); tolva (el recipiente utilizado para transportar las bolas hasta los bombos) o la trompeta (el instrumento por el que se deslizan las bolas desde el bombo a la copa, donde son recogidas por los niños de San Ildefonso, que son los encargados de cantar los premios).
Y además de todo eso están las tablas, que es donde se encuentran los alambres en los que se insertan las bolas de los números y premios cuando son extraídas de los bombos. Cada una tiene cabida para 200 bolas. Pero, ¿cuándo fueron fabricados los bombos?¿De qué están hechos?¿Y las bolas, cuál es su historia?
Empecemos por los primeros. En realidad no hay dos bombos, sino que existen cuatro, dos grandes y dos pequeños. Se usa uno de cada en el sorteo, y los otros dos son los de 'reserva', que Loterías y Apuestas del Estado guarda por si hubiese cualquier problema de última hora y hubiese que sustituir a los bombos 'titulares'.
El bombo grande, el que contendrá las 100.000 bolas con los números de los décimos, pesa unos 800 kilos, mientras que el pequeño, que contendrá las bolas con los 1.807 premios que se van a repartir, pesa 300. A ello hay que añadir el peso que tendrán que soportar el 22 de diciembre, cuando al bombo grande se le añadirán 300 kilos de las bolas de los números y al pequeño, cinco kilos y medio de las bolas de premios.
Ambos son obra de la empresa Fluidmecánica Sur, dedicada a la maquinaria hidráulica y eléctrica para el sector naval, que recibió hace ya una década el encargo de Loterías del Estado. Se pedía a la empresa unos bombos capaces de hacer frente a las nuevas necesidades surgidas de las modificaciones introducidas en el Sorteo de Navidad de 2005 (se pasó de las 66.000 viejas bolas a las 100.000 actuales), para lo que era necesario sustituir los bombos antiguos, que databan de principios del siglo XX.
Los bombos llevan incorporado un equipo identificador de bolas que permite una lectura informática de los números de forma instantánea, lo que agiliza la elaboración de la lista de números premiados tras el sorteo
Lo que hizo la empresa fue unas copias de los bombos antiguos, pero con mayores dimensiones y provistas de un sistema electrónico innovador. Según recoge esta empresa en su página web, el bombo grande está compuesto por 6 segmentos esféricos unidos entre ellos por una brida, de manera que el conjunto forma una esfera de 1580 mm de diámetro. Cada segmento está formado por 76 meridianos, 20 paralelos y las bridas de unión entre segmento. Además, lleva en los casquetes la tapa para introducir las bolas y el dispositivo para la extracción. Todo ello montado sobre una estructura de acero forrada de chapa de latón pulida en cuyo interior se encuentra el equipo de accionamiento, que incluye dos motores que facilitan la salida de las bolas (uno de ellos es de reserva). El bombo pequeño es similar, solo que sus dimensiones son menores.
Asimismo, los bombos llevan incorporado un equipo identificador de bolas que permite una lectura informática de los números de forma instantánea, lo que agiliza la elaboración de la lista de números premiados tras el sorteo y también permite ordenar las bolas, una vez finalizado el sorteo, de forma mucho más fácil para ponerlas sobre las liras, a la espera del siguiente sorteo de la Lotería de Navidad. Este proyecto, explica Fluidmecánica Sur, está basado en tecnología RFID (Radio Frecuency IDentification), que es un método de almacenamiento y recuperación de datos remoto que usa dispositivos denominados Etiquetas o TAGS RFID.
Cada año la empresa debe vigilar que todo funcione bien durante los días previos al sorteo, por lo que un grupo de operarios viaja a Madrid para hacer la 'puesta a punto'. Se revisan las conexiones, las piezas y la parte eléctrica para que no haya fallos. Incluso, tres de las personas que participaron en la construcción de los bombos forman parte del público que asiste a la rifa que se celebra en el Teatro Real cada 22 de diciembre, por si hubiese cualquier problema, recoge ABC.
LAS BOLAS, DE MADERA DE BOJ
Respecto a las bolas, existen dos tipos: las 100.000 de los números y las 1.807 correspondientes a los premios. Todas ellas están fabricadas en madera de boj, un arbusto o pequeño árbol perenne originario de Europa que suele utilizarse como pieza ornamental en jardinería. Su madera dura y pesada suele emplearse en ebanistería para tallas delicadas.
Por eso ha sido la elegida para fabricar las bolas que se usan en el sorteo, que pesan y miden lo mismo (3 gramos y 18,8 mm), y llevan grabados con láser los números y letras que leen los niños de San Ildefonso. Tienen una profundidad aproximada de milímetro y medio y cada año se revisan por si hay que sustituir alguna.
Todas las bolas están fabricadas en madera de boj y pesan y miden lo mismo (3 gramos y 18,8 mm)
Además, las bolas se almacenan en seis armarios, ordenadas desde que se recogieron en la pasada edición de la Lotería de Navidad, y allí permanecen precintadas hasta que el día del sorteo, por la mañana, son expuestas al público para su comprobación.
Bombos y bolas suelen llegar al Teatro Real, donde se realiza el sorteo desde hace años, una semana antes para empezar con los preparativos y tener todo listo para el 22 de diciembre. No obstante, como sigue habiendo representaciones, se guardan en el foso del escenario a 16 metros de profundidad y hasta la celebración de la rifa son custodiados las 24 horas del día por dos guardias de seguridad.