Estados Unidos quiere derrocar al régimen de Maduro, pero China y Rusia le apoyan
Venezuela (y su petróleo) se han convertido en el epicentro de la geopolítica mundial después de que Juan Guaidó se haya autoproclamado presidente interino del país para derrocar a Nicolás Maduro.
Guaidó ha recibido el apoyo de EEUU y Reino Unido y de otros grandes países latinoamericanos, como Argentina, Brasil, Chile o Colombia. En cambio, Maduro ha sido respaldado por Rusia, China y Turquía, además de Cuba, Bolivia y Nicaragua. Por su parte, México y la Unión Europea han adoptado una postura equidistante, al solicitar la convocatoria de nuevas elecciones para solucionar el conflicto.
En este escenario, Venezuela ha mostrado la división existente entre dos bloques más o menos definidos. Uno de ellos liderado por EEUU y el otro por Rusia y China, que a su vez evidencia el conflicto de intereses de las principales potencias a nivel mundial, en un nuevo escenario de "guerra fría", tal y como lo ha definido George Soros.
Además, es necesario recordar que Venezuela es el país con mayores reservas mundiales probadas de petróleo y que pertenece a la OPEP, la Organización de Países Exportadores de Petróleo. De hecho, desde el 1 de enero de 2019 ocupa la presidencia rotatoria del cártel.
Aneeka Gupta, analista de WisdomTree, comenta que “las reservas probadas de Venezuela superan los 300.000 millones de barriles”, aunque añade que “la severa crisis económica y las sanciones de EEUU han provocado que la producción haya bajado hasta 1,2 millones de barriles por día, mínimos de las últimas décadas”.
En su opinión, los errores de las políticas de Chávez primero y Maduro después han provocado el colapso de la economía, pero añade que “Maduro sólo será derrocado cuando los líderes militares consideren que es más peligroso mantenerlo en su puesto que derrocarlo”.
La rapidez que ha mostrado Donald Trump en apoyar a Guaidó ha sido contrarrestada rápidamente por el apoyo de Putin a Maduro. Además, el apoyo de los principales representantes de las Fuerzas Armadas venezolanas ha sido un balón de oxígeno para el todavía presidente.
UNA SITUACIÓN COMPLICADA
Así, la situación está lejos de solucionarse. Los expertos de Rabobank anticipan que EEUU puede imponer “nuevas sanciones” a las exportaciones de crudo venezolano para ahogar aún más económicamente al régimen chavista, aunque añaden que “Rusia y China tienen significativas inversiones en la industria petrolera”, por lo que seguirán apoyando a Maduro.
Además, China ha proporcionado créditos a Venezuela valorados en 62.000 millones de dólares, mientras Rusia también ha concedido apoyo financiero. Por el contrario, las manifestaciones en contra del régimen por parte de amplios sectores de la población, y por primera vez por "colectivos populares tradicionalmente afines al chavismo", indican que la extrema crisis económica se ha vuelto contra Maduro.
En su opinión, “la situación es muy volátil y la industria petrolera puede sufrir las consecuencias”. Y añaden que “no se puede descartar una brusca caída de la producción si la situación se deteriora rápidamente”. Además, consideran que Venezuela puede tardar “años en recuperar su industria petrolera” incluso aunque se produzca un cambio de régimen.
Los expertos de Barcalys consideran “muy arriesgada” la autoproclamación de Guaidó como presidente interino y añaden que su éxito dependerá de que “sea apoyado por los militares”, algo que no ha sucedido. También de que sea capaz de liderar las manifestaciones públicas, aunque existe el "gran riesgo" de que aumenten los conflictos violentos.
Sin embargo, añaden que “su reconocimiento por un gran número de países puede permitir a la comunidad internacional congelar los fondos obtenidos por la exportación de petróleo y dirigirlos hacia Guaidó, lo que tendría “aún más impacto que un embargo”. No obstante, consideran que “si la oposición es percibida como un instrumento de los intereses extranjeros, puede complicar el apoyo de los militares”.
Su conclusión es que “los próximos días serán cruciales”, ya que si Maduro logra contener la sublevación liderada por Guaidó, puede permanecer en el poder “por un periodo más largo” del previsto tras su triunfo en las últimas elecciones, pese a que la comunidad internacional ha constatado que no fueron democráticas.
Por otro lado, el hecho de que el régimen no haya podido encarcelar a Guaidó evidencia su debilidad actual. Además, la cúpula militar ha solicitado que ambas partes reanuden las negociaciones, por lo que otro escenario posible es que finalmente vuelvan a celebrarse elecciones, aunque estas deberán contar con el apoyo de la oposición. Una complicada partida de ajedrez que ha situado a Venezuela (y su petróleo) en el epicentro de la geopolítica mundial.