Desde el pasado 1 de febrero, el país anglosajón no ha suministrado a la Unión Europea ninguna dosis
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha amenazado este miércoles con suspender las exportaciones europeas de vacunas destinadas a países que tienen su propia producción pero no exportan, refiriéndose así al Reino Unido. Desde el pasado 1 de febrero, el país anglosajón no ha suministrado a la Unión Europea ninguna dosis de la vacuna de AstraZeneca que se fabrica en su territorio.
Por su parte, desde la UE se han exportado 10 millones de dosis hacia el Reino Unido, principalmente de la vacuna de Pfizer que se fabrica en territorio europeo. La decisión se tomaría para garantizar que los escasos suministros se destinan en primer lugar a los ciudadanos de la UE.
"La producción de vacunas y su distribución en Europa debe ser la prioridad", ha señalado Von der Leyen en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal de la Comisión Europea.
En dicha reunión, la Comisión ha aprobado un proyecto de pasaporte de vacunación y un plan para la reapertura segura de las actividades económicas paralizadas o ralentizadas por el coronavirus, como el sector turístico, el de hostelería o el de cultura, ocio y espectáculos. Sin embargo, el éxito de esa estrategia de recuperación depende, según el organismo, de acelerar las campañas de vacunación, lastradas, entre otras cosas, por la falta de suministro del laboratorio británico AstraZeneca.
Las dudas en varios países, entre ellos España, sobre los efectos secundarios de la vacuna de AstraZeneca han llevado a suspender temporalmente su uso, lo que ha ralentizado aún más el ritmo de vacunación. Pero la Comisión está convencida de que la situación se aclarará este jueves, cuando la Agencia Europea del Medicamento emita su informe sobre los incidentes registrados.
Bruselas espera que el producto de AstraZeneca contribuya a unas campañas que aspiran a vacunar a la mitad de la población adulta antes del verano y al 70% al final de la estación.
Von der Leyen ha advertido que, en función de cómo evolucionen las entregas, podría endurecer el reglamento de control de exportaciones que entró en vigor el 1 de febrero como respuesta a los primeros retrasos de AstraZeneca, que supedita la exportación de vacunas a un permiso nacional que en seis semanas se ha concedido 314 veces y solo ha sido denegado una vez.
Por su parte, el Gobierno de Boris Johnson ha respondido a la advertencia de la presidenta de la Comisión Europea exigiéndole que "cumpla su palabra de no restringir las exportaciones de aquellas empresas que estén cumpliendo con sus obligaciones contractuales". "Ya hemos dicho en anteriores ocasiones que la recuperación global de la pandemia exige colaboración internacional. Todos dependemos de las cadenas globales de suministro, y someterlas a restricciones pone en riesgo la lucha global contra el virus", ha dicho un portavoz de Downing Street.
Bruselas confía en un aumento del ritmo de vacunación en el segundo trimestre con la llegada de 200 millones de dosis de Pfizer; 35 millones de Moderna y 55 millones de Johnson&Johnson. AstraZeneca se ha comprometido a entregar 70 millones, pero Bruselas prefiere computarlas aparte dada la escasa fiabilidad de las previsiones de la compañía hasta ahora.
"Es difícil explicar a nuestros ciudadanos que las vacunas europeas están siendo exportadas al mismo tiempo que no hay suministro suficiente para ellos", ha señalado Von der Leyen.
Igualmente, la presidenta ha subrayado que "el Reino Unido ha sido el destino número uno de nuestras exportaciones, con 10 millones de dosis en seis semanas". "Somos el continente más abierto pero el tráfico tiene que ser en los dos sentidos".