El canciller alemán se ha reunido con el presidente ruso para estudiar las tensiones en la frontera
El canciller alemán, Olaf Scholz, se ha reunido este martes con el presidente ruso, Vladimir Putin, con el objetivo de estudiar de qué forma se podía rebajar la tensión en la frontera con Ucrania. Según ha publicado 'Infobae', la retirada de tropas rusas "es una buena señal", pero ha apuntado que "debe haber más".
El encuentro entre Scholz y Putin, que ha durado unas tres horas, se ha producido al poco de conocerse que Rusia ha retirado las tropas que han realizado ejercicios militares en la frontera con Ucrania.
En la reunión, Putin se ha centrado en la relación económica entre ambas naciones, que tienen como pilar la economía energética. Rusia es el principal proveedor de gas para Alemania. Según el presidente ruso, "Rusia ha sido un proveedor de energía fiable durante mucho tiempo, durante décadas no ha habido ni un solo incidente en el suministro de Rusia". En esta línea, ha afirmado estar dispuesto "a seguir trabajando en común".
El gasoducto Nord Stream II, que transporta gas ruso a Alemania, no está operativo y la crisis en Ucrania podría retrasar aún más su puesta en funcionamiento. Durante su comparecencia conjunta al término de la reunión, Scholz ha declarado que Alemania se ha comprometido a "garantizar que el tránsito de gas en Europa funcione a través de Ucrania, Bielorrusia, Polonia, de acuerdo con los pactos que tenemos", con el objetivo de "garantizar el desarrollo pacífico en Europa". Por tanto, Scholz ha apuntado que, de producirse un conflicto en Ucrania, habría "consecuencias" en el tránsito del gas.
Scholz ha abogado por una continuación en el diálogo que evite el conflicto armado. "Estoy expresamente de acuerdo en que las opciones diplomáticas están lejos de agotarse”, ha dicho.
El canciller alemán ha rechazado someterse a una PCR rusa antes de su entrevista con Putin. En cambio, se ha hecho el test en la embajada de su país en Moscú, supervisado por una médica alemana.
Durante la entrevista, ambos dirigentes se han sentado en una mesa que permitiera salvar las distancias, igual que sucedió con el presidente francés, Emmanuel Macron.