Desde Scope Ratings sostienen que las sanciones financieras han hecho mucho daño a Rusia
"La decisión del G7 de rechazar el pago del gas a Rusia en rublos agrava el actual enfrentamiento energético entre la UE y Rusia, aumentando sustancialmente el riesgo de interrupción del flujo de gas ruso a la UE", indica Levon Kameryan, analista senior de Scope Ratings, quien sostiene que cualquier estancamiento legal o posicionamiento del Kremlin al respecto puede acabar por poner en peligro las importaciones.
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Moscú ha anunciado este lunes que no suministrará gas a los países europeos que no hagan el pago en rublos. La pasada semana lo adelantaba el presidente Vladimir Putin al asegurar que se tomaría la medida de no aceptar el pago del gas en divisas como el dólar o el euro.
Putin afirmó que Occidente había declarado una guerra económica al congelar los activos rusos, por lo que su país ya no veía sentido a recibir dólares o euros por sus exportaciones. Además, de esta forma los pagos en rublos apuntalarían la moneda rusa, que se ha desplomado desde la invasión del 24 de febrero.
"El apoyo a corto plazo al rublo seguirá animando a la Unión Europea a reducir su dependencia de las importaciones energéticas rusas lo más rápidamente posible, aunque eso llevará tiempo dados los cuellos de botella de las infraestructuras en el sector del gas natural", ha insistido Kameryan.
Desde que comenzarán las sanciones, Rusia ha exigido a los exportadores que se venda el 80% de los ingresos en divisas para apoyar el rublo, mientras que esta nueva exigencia a los compradores de gas ruso eleva al 100% la tasa de conversión de su divisa.
"La medida de exigir pagos en rublos es una represalia estratégica contra la UE basada en la influencia que ejerce Rusia como principal proveedor de gas natural a Europa, ya que los suministros rusos representan más del 75% de la demanda total de gas de algunos países de Europa central y oriental", explica este experto.
Alrededor del 58% de las ventas de gas de Gazprom a Europa y otros países se liquidan en euros, y otro 39% en dólares, por lo que la última demanda del Kremlin puede dar lugar a una renegociación de los contratos de gas y a cambios en la duración de los mismos, además de a recursos legales en caso de que los países de la Unión Europea argumenten que estos nuevos elementos supongan un incumplimiento de los acuerdos ya firmados con anterioridad.
"De hecho, la decisión que acaba de emitir el G7 rechazando el pago del gas a Rusia en rublos agrava el actual enfrentamiento energético entre la UE y Rusia, aumentando sustancialmente el riesgo de interrupción del flujo de gas ruso a la UE debido a cualquier estancamiento legal que pueda surgir o a una decisión unilateral de Rusia al respecto", explica Kameryan insiste en que un pequeño corte en las exportaciones energéticas rusas podría ser muy perjudicial para determinados países a corto plazo.
"A más largo plazo, es probable que las nuevas medidas de Rusia aceleren los esfuerzos de la UE por diversificar sus fuentes de energía reduciendo su dependencia del petróleo y el gas rusos", añaden.