La Canciller intenta así aplacar las voces críticas dentro de su partido en contra del programa de inmigración del Gobierno alemán.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha intentado aplacar las voces críticas dentro de su partido en contra del programa de inmigración del Gobierno alemán al insistir en que los desplazados deberán regresar a sus hogares en Siria e Irak cuando terminen estos conflictos.
"Necesitamos transmitir a la gente que su estatus de residencia es temporal. Esperamos que regresen a sus países cuando terminen las guerras de Siria e Irak, pero que lo hagan con los conocimientos que han adquirido", declaró durante un mitin de la Unión Democristiana en Mecklemburgo - Pomerania Occidental.
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La Canciller intenta así aplacar las voces críticas dentro de su partido
Merkel añadió, para reforzar su petición, que durante los 90 casi tres cuartas partes de los refugiados de Alemania que huyeron de las guerras de Yugoslavia acabaron regresando a sus hogares.
La Canciller, pese a que parece cada vez más aislada en su políticas de migración, ha resistido las presiones de algunos conservadores para limitar la entrada de refugiados o para cerrar las fronteras alemanas. El año pasado entró en Alemania una cifra récord de 1,1 millones de inmigrantes.
Esas presiones llegan también después de que el líder del socio menor del Gobierno alemán, los Socialdemócratas de Horst Seehofer, amenazaran con llevar al Gobierno ante los tribunales si no atendía sus peticiones para contener el flujo de peticionarios de asilo.
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