"No pagaremos sólo por marcharnos, pero sí cumpliremos con nuestras obligaciones", asegura la primera ministra británica
El día después del histórico momento en que Reino Unido ha activado el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea (UE) para arrancar dos largos años de negociaciones sobre los términos en que el país abandonará el bloque europeo, como muy tarde, el 29 de marzo de 2019, ya se abordan los aspectos prioritarios que se tratarán durante las conversaciones que arrancan oficialmente en mayo. El status de los ciudadanos de la UE en Reino Unido y la factura que el gobierno conservador deberá pagar a Bruselas son dos asuntos candentes sobre los que May se ha mostrado flexible.
En su comparecencia ante la Cámara de los Comunes del Parlamento británico para explicar los puntos de la carta entregada al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, con la que Londres ha notificado su adiós formal, la premier dejó claro que quiere preservar los derechos de los trabajadores comunitarios en el país. Y durante una entrevista en la BBC1, ha apuntado que Reino Unido está preparado para cumplir con sus obligaciones con la UE, también en el aspecto económico.
"No pagaremos sólo por el hecho de marcharnos”, pero el país debe decidir “cuales son sus obligaciones con los ‘Veintisiete”
May rehusó en diversas ocasiones descartar que el país asumirá “la factura del divorcio” con la UE y aunque señaló que no está dispuesta a “pagar sólo por el hecho de marcharnos”, el país debe decidir “cuáles son sus obligaciones con los ‘Veintisiete”. “Tengo muy claro lo que espera la gente, pero también tengo muy claro que somos una nación que respetamos la ley y que cumpliremos con nuestras obligaciones”, aseguró May.
Según lo avanzado el pasado mes de febrero por el canciller austríaco Christian Kern, Bruselas prevé exigir a Reino Unido 60.000 millones de euros por el Brexit, el equivalente al 2,3% del PIB del país. Un precio que Londres no parece dispuesto a pagar ya que el país seguirá haciendo sus aportaciones a la UE mientras duren las conversaciones y, por el momento, May ha esquivado reconocer el importe total de la deuda. El Gobierno británico sí espera que todo lo que aporte al bloque comunitario durante el proceso de salida se acabe por descontar de la cantidad final.
Varios medios británicos han informado de que Reino Unido podría verse abocado a pagar entre 50.000 y 60.000 millones de libras (equivalente a 57.000 millones de euros al cambio actual) para cumplir sus compromisos presupuestarios con la Unión Europea mientras negocia su salida del club comunitario.
El ministro británico responsable del Brexit, David Davis, se ha alineado con May y ha asegurado este jueves que su Gobierno no tiene previsto pagar a la UE semejante suma al tiempo que ha asegurado que la época de entregar grandes sumas de dinero a Bruselas está llegando a su fin.
"En realidad, no hemos tenido ninguna solicitud de ese tipo remitida desde la Comisión Europea. Nuestra opinión es muy simple; cumpliremos nuestras obligaciones, somos un país que cumple la legalidad", ha afirmado Davis, en declaraciones a la cadena de televisión británica ITV.
INMIGRACIÓN Y ACCESO AL MERCADO ÚNICO
En el transcurso de la entrevista a la BBC, May también sugirió que los inmigrantes todavía tendrán la entrada franqueada en el país tras el Brexit. Sin embargo, “veremos una reducción en el número de inmigrantes”, aseguró la líder conservadora, aunque rehusó dar una cifra. En cambio, la premier hizo hincapié en que Gran Bretaña tendrá control sobre el número de migrantes de la UE que vienen al Reino Unido.
Sobre las perspectivas de un tratado de libre comercio con el bloque europeo, May dijo que estaba buscando un "acuerdo de libre comercio global que le otorgue esa capacidad para comerciar libremente en el mercado único europeo y para que negocien con nosotros”. "Será una relación diferente, pero creo que puede tener los mismos beneficios en términos de acceso libre al comercio”, enfatizó la primera ministra.