Bolsonaro aventaja en más de 10 puntos a su rival, el izquierdista Haddad
Todas las encuestas apuntan a que el controvertido candidato ultraderechista Jair Bolsonaro se proclamará vencedor en la segunda vuelta de las elecciones brasileñas que se celebran este domingo. Enfrente tendrá al candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) Fernando Haddad. El exalcalde de Sao Paulo ha recortado distancias frente a Bolsonaro en los sondeos desde la primera vuelta celebrada el 7 de octubre, pero aún sigue lejos del candidato preferido por los mercados.
Bolsonaro, un ex militar cuyos polémicos posicionamientos considerados machistas, homófobos y racistas por muchos brasileños, ha generado una gran división social en el país. Sin embargo, ha contado con el apoyo unánime de los mercados por su anunciada intención de atajar el gasto público y luchar contra la corrupción. Su triunfo electoral se da casi por sentado, pero su gran reto será lograr sacar adelante sus reformas ante un dividido parlamento.
“Lo normal es que Bolsonaro gane las elecciones del domingo y los inversores han empezado a centrarse en lo que ocurra después”, declara Alejandro Hardziej, analista del banco Julius Baer. “Su capacidad para implementar reformas aún no está clara, pero cualquier signo de que pudiera reformar el sistema de pensiones llevaría a una subida de los bonos brasileños”.
BOLSONARO: EL POLÉMICO AMIGO DE LOS MERCADOS
Bolsonaro lleva años siendo un activo polemista en la política brasileña, pero nunca antes había conseguido presentarse como un candidato con opciones de alcanzar el poder. La crisis política abierta por los escándalos de corrupción que han salpicado a los gobiernos del PT, el agravamiento del crimen y la violencia por todo el país y la crisis económica de la que solo ahora ha comenzado a salir Brasil han creado la tormenta perfecta que ha abierto las puertas del Palacio de la Aurora a Bolsonaro.
Su principal fuente de votos está en las ciudades con mayoría de población blanca y con mayor renta económica, pero su discurso anticorrupción le ha otorgado un apoyo transversal en la sociedad brasileña. A pesar de las salidas de tono del “Trumpinho” - como es apodado en referencia a Donald Trump - contra mujeres, homosexuales y negros, el candidato ha conseguido presentarse como víctima de una conspiración de los grandes medios y un luchador rebelde de lo políticamente incorrecto.
Más allá de su faceta más polémica, poco se sabe de los planteamientos económicos de Bolsonaro y los mercados confían ciegamente en su principal asesor económico, Paulo Guedes, un economista que aboga por la privatización de empresas estatales y la reforma del sistema de pensiones. Concretamente este último asunto ha sido la principal preocupación de los inversores por los costes fiscales derivados del alto déficit del sistema público.
“El fortalecimiento de los aliados de Bolsonaro y de la derecha en general en las elecciones del 7 de octubre en el Congreso conllevará que la reforma de las pensiones y otros cambios se lleven a cabo”, pronostica Thomas Rutz, gestor de fondos de MainFirst Emerging Markets. “Bolsonaro tiene la suerte de heredar una economía que está experimentando un repunte cíclico y una iniciativa de reforma de la seguridad social que está lo suficientemente avanzada como para que no pueda revertir”, explica el gestor de fondos.
LA IMPROBABLE VICTORIA DE HADDAD
Todo preparado de este modo para que Brasil inicie una nueva etapa tras los convulsos últimos años marcados por el impeachment a Dilma Rousseff y el Gobierno técnico liderado por Michel Temer del que, salvo sorpresa, tomará el relevo Bolsonaro.
Un totalmente inesperado triunfo de Haddad podría provocar una debacle en los mercados, que lo ven como un candidato propenso al endeudamiento y peor situado para atacar la corrupción endémica del Estado brasileño. Habrá que esperar a los primeros sondeos a pie de urna para poder anticipar cualquier resultado.