Algunos miembros cercanos al presidente ruso están frustrados por la falta de avances en Ucrania
El descontento alrededor de la gestión de Vladimir Putin, presidente ruso, sobre la guerra en Ucrania parece seguir subiendo, hasta tal punto que algunos medios como 'City A.M.' apuntan a un posible golpe de Estado para derrocarlo y acabar con el conflicto armado en el Este de Europa.
Entre quienes están detrás de este plan se encuentran varios funcionarios y ex generales de la KGB, que consideran cada vez más un error estratégico y económico la operación que está llevando a cabo Rusia en Ucrania.
Tal y como informa 'City A.M.', la cúpula del ex empleador de Putin, el servicio de seguridad ruso FSB, está frustrado por la falta de avances militares en la invasión y se ha puesto en contacto con varios miembros del ejército, tanto en activo como retirados.
Se llega a hablar del grupo 'Siloviki', compuesto por exoficiales del FSB que están en activo en la política rusa y que están presionando, junto a exoficiales de GRU, KGB y FSO, para reemplazar a Putin. Esta idea, según 'City A.M.' se ve reforzada en las últimas horas por la actividad en redes sociales detectada tanto en Rusia como en todo el Este de Europa.
Y es que los últimos movimientos de Putin de cara a sus fuerzas y servicios secretos parece dar luz del deterioro de las relaciones. Solo el mes pasado, puso a dos altos oficiales del FB bajo arresto domiciliario, mientras que Sergei Beseda, jefe del Quinto Servicio, la rama de inteligencia extranjera del FSB, y su adjunto también fueron detenidos.
Estos comentarios se ven reforzados por el análisis de Alexey Muraviev en 'Sky News Australia', donde afirmó que un intento de destruir a Putin puede ser altamente probable porque ha habido tensiones entre la comunidad de inteligencia y el presidente.
“Creo que el Comandante en Jefe Supremo les presentó ese tipo de narrativa falsa, y cuando los rusos comenzaron a sufrir muchas bajas, Putin comenzó a culpar silenciosamente a los servicios de seguridad”, sentenció.