El Ejecutivo socialista luso busca recuperar las rentas con una batería de medidas
El Gobierno de Portugal ha presentado en el Parlamento a última hora de este viernes el borrador de los Presupuestos para el próximo año en los que incluye una subida de las pensiones, así como una bajada de los impuestos de los trabajadores, entre otras medidas, según informa EFE.
El documento fue entregado por el ministro de Finanzas luso, Mário Centeno, varias horas después de lo previsto en un principio. Con él, un año más, el gobierno socialista luso pretende recuperar rentas, con una menor carga fiscal y un aumento de las pensiones, tal y como indica la agencia de noticias española.
Este fue aprobado este jueves por el Consejo de Ministros luso, eso sí, tras una reunión de más de 14 horas. El documento deberá tramitarse en el Parlamento y la votación final está prevista para el día 28 de noviembre. El gobierno socialista portugués, al tener minoría en el Parlamento, necesita el apoyo del marxista Bloque de Izquierda y el Partido Comunista Portugués para que la propuesta salga adelante.
Está assinado o Orçamento do Estado para 2018. #OE2018 pic.twitter.com/zAViCYd5WF
— António Costa (@antoniocostapm) 13 de octubre de 2017
De esta manera, el borrador incluye un alivio fiscal en el pago del Impuesto sobre la Renta (IRS, equivalente al IRPF en España) para todos que cobren hasta 3.200 euros brutos al mes. Además, se eliminará totalmente la "sobretasa", un impuesto especial sobre la renta introducido durante la crisis que este año ya se empezó a suprimir gradualmente y que en 2018 desaparecerá.
El Ejecutivo luso pondrá fin a los recortes en el pago de las horas extra a los funcionarios del país
Para los funcionarios, uno de los colectivos más afectados por la austeridad durante la crisis, el Ejecutivo pondrá fin a los recortes en el pago de las horas extra y empezará a descongelar los aumentos de sueldo derivados de los ascensos, que estaban paralizados.
La recuperación de rentas también llegará para los pensionistas, que sufrirán un aumento extraordinario de entre 6 y 10 euros a mediados de año, además de la actualización anual en base a la inflación.
En el caso de las empresas, el Gobierno mantendrá las contribuciones extraordinarias que pagan los sectores de la banca, la energía y las farmacéuticas.
No obstante, el documento incluye un aumento de los impuestos indirectos, con una nueva tasa sobre alimentos con alto contenido en sal, como patatas fritas y galletas, y una subida en los tributos aplicados a las bebidas azucaradas, la cerveza, las bebidas espirituosas, los licores y los vinos espumosos.