Scope Ratings cree que supone una "importante escalada" en el enfrentamiento entre Rusia y la UE
La gasista rusa Gazprom ha confirmado este miércoles el corte de suministro a Polonia y Bulgaria tras negarse estos países a pagar en rublos, y la noticia no ha tardado en provocar reacciones. Entre ellas la de los expertos de Scope Ratings, que creen que esta medida es una "represalia energética" de Moscú que "aumenta considerablemente el riesgo de que se interrumpa el suministro de gas a otros países de la UE si también deciden no pagar el gas en rublos".
Así lo explican en un comentario a raíz del corte de suministro, que a su juicio "supone una importante escalada en el enfrentamiento energético entre Rusia y la UE". "La decisión de Rusia es una represalia estratégica contra la Unión Europea, aprovechando su poder como principal proveedor de gas natural a Europa", afirman estos expertos, que recuerdan que el Viejo Continente recibía alrededor del 40% de su gas de Rusia antes de la guerra de Ucrania.
En Scope creen que la situación geopolítica actual subraya la "necesidad de una estrategia energética estrechamente coordinada en toda la UE para mejorar la seguridad energética de la región, incluyendo una postura coordinada con respecto a Rusia". Y es que creen que el anuncio de Hungría de cumplir con la demanda rusa de pagar el gas en rublos "corre el riesgo de minar un enfoque común" y "muestra la urgencia de que la UE cree una 'unión energética' que permita a los Estados miembro coordinar mejor las políticas energéticas".
Eso sin olvidar que la exigencia de Rusia del pago en rublos podría empujar a algunos compradores de la UE a utilizar su mecanismo de pago del gas en la moneda rusa, lo cual "socavaría las sanciones de la UE y debilitaría su enfoque común".
SOPORTABLE A CORTO PLAZO
Los analistas de Scope creen que "a corto plazo, es probable que los países de la UE puedan soportar una interrupción a gran escala del suministro de gas ruso durante el verano, a través de una combinación de mayores importaciones de gas natural licuado (GNL), incluidas las procedentes de EEUU y Qatar; el uso del almacenamiento de gas; y los recortes de la demanda".
"Los impactos también podrían mitigarse en cierta medida dependiendo de la capacidad del mercado energético interconectado de la UE para redistribuir los suministros entre países". Sin embargo, destacan, incluso en este escenario el aumento de los precios "podría ser muy perjudicial para la recuperación económica de Europa", mientras que una interrupción prolongada del suministro de gas ruso, dependiendo de las condiciones meteorológicas, "podría agotar rápidamente las reservas actuales de gas en varios países".