La reunión de las siete democracias más industrializadas del mundo pone de manifiesto la división entre EEUU y el resto del grupo
La declaración final de la cumbre de los países del G-7 pone de manifiesto la división existente entre Estados Unidos y el resto de miembros del grupo que reúne a las principales economías avanzadas del mundo.
Si bien el texto publicado al término del encuentro celebrado en Taormina (Italia) refleja cierto acercamiento en posturas comerciales, el medioambiente ha sido el aspecto más sacrificado ante la negativa del presidente norteamericano, Donald Trump, en ratificar el acuerdo de París contra el cambio climático.
En lo que a comercio se refiere, el G-7 reconoce los "beneficios recíprocos" que comporta la existencia del comercio "libre, justo y mutuamente beneficioso", en lo que parece tratarse de una capitulación de Trump, cuya campaña electoral estuvo dominada por un llamamiento al proteccionismo económico.
"Reiteramos en este sentido", prosigue el comunicado, "nuestro compromiso para mantener nuestros mercados abiertos y luchar contra el proteccionismo, y de mantenernos firmes contra las prácticas comerciales injustas".
La lucha contra el cambio climático no ha corrido la misma fortuna. Estados Unidos se ha negado a ratificar la parte de la declaración en la que el G-7 ha expresado "su férreo compromiso" con los acuerdos de París de 2015, actual guía maestra medioambiental de la comunidad internacional, y ha pedido más tiempo para ratificar su postura, que Trump confirmará la semana que viene.
Estados Unidos se ha negado a ratificar el "férreo compromiso" del G-7 con los acuerdos de París 2015 sobre el cambio climático
"Estados Unidos está en proceso de revisión de sus políticas sobre los acuerdos de París y, por lo tanto, no está capacitado para unirse al consenso sobre esta cuestión", según la declaración.
Sobre política exterior, hay que destacar que Estados Unidos sí se ha sumado al duro lenguaje usado contra Rusia en la declaración final, particularmente en el papel desempeñado por Moscú durante el conflicto en Ucrania.
"Queremos subrayar la responsabilidad de la Federación Rusa en este conflicto y el papel que Moscú necesita desempeñar para restaurar la paz y la estabilidad", indica la nota.
"Reiteramos nuestra condena a la anexión (por parte de Rusia, que niega tal incorporación forzada) de la península de Crimea y reafirmamos nuestro total respaldo a la independencia territorial y soberanía de Ucrania" frente a los separatistas del este del país, según la declaraión final.