Ence: José Ignacio Comenge compra 200.000 acciones por 742.000 euros
El empresario pasa a controlar una cartera de 15,7 millones de títulos
José Ignacio Comenge, uno de los máximos accionistas de Ence Energía con una participación en el capital del 6,37%, ha vuelto a defender la cotización de la papelera, que atraviesa un momento muy complicado en bolsa por la incertidumbre sobre la fábrica de Pontevedra.
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Según ha publicado Bolsamanía en los últimos meses, Comenge ha comprado paquetes similares de acciones para defender la cotización, pero de momento el mercado sigue penalizando los títulos de Ence.
Comenge, cuya fortuna estimada asciende a 740 millones de euros por su participaciones en Coca Cola European Partners y Ebro Foods, además de Ence, ha comprado 100.000 acciones a un precio unitario de 3,71 euros, en una operación que ha ascendido a 371.000 euros, otros 50.000 títulos a 3,70 euros por 185.000 euros y otras 50.000 acciones a 3,73 euros por 186.500.
En total, una inversión de 742.500 euros. Tras estas operaciones, su presencia en el capital de la compañía ha subido hasta el 6,375% (15,7 millones de acciones), lo que le ha permitido consolidarse como segundo mayor accionista, por delante de otro histórico como Víctor Urrutia, que controla el 6,234%.
Además de Comenge, el presidente y máximo accionista, Juan Luis Arregui, también ha intentado detener el desplome de Ence, aunque sin éxito. Según publicó Bolsamanía la semana pasada, Juan Luis Arregui compró el pasado miércoles, 8 de mayo, un paquete de 233.500 acciones a 4,21 euros, por el que desembolsó 983.000 euros.
Al día siguiente, adquirió 177.357 títulos a un precio unitario de 4,19 euros, por los que pagó 743.000 euros. En total, invirtió 1,72 millones de euros en ambas operaciones. Tras estas compras, Arregui elevó su presencia en la papelera hasta el 29,443% desde el 29,276%.
En total, controla 72.509.397 títulos, cuyo valor de mercado ha bajado de manera considerable en los últimos meses, debido a la previsión del mercado de que la actividad en la fábrica de Pontevedra tiene un futuro limitado.