El gigante de los fondos es el primer accionista en las tres empresas, con participaciones valoradas en 10.000 millones que van del 5,7% al 6,7% del capital
Tener grandes inversores no siempre es bueno para el pequeño accionista o la marcha en bolsa de una empresa. Blackrock, la mayor gestora privada por volumen de activos gestionados, ha actualizado sus participaciones en dos de los buques insignias de la Bolsa española: Telefónica y Santander. En concreto, el grupo estadounidense ha comunicado en las últimas semanas a la SEC, el supervisor de los mercados de EEUU y equivalente a la CNMV española, que controla el 6% del capital de la operadora de telecomunicaciones y un 6,7% del banco cántabro. A mediados de enero, la firma comunicó en España un 5,7% de BBVA, pero con un importante volumen de títulos prestados a inversores bajistas que comenzó a minar su cotización en bolsa antes de los resultados.
Lo que no le cuenta a la SEC (ver comunicados sobre Telefónica y Santander) el gigante de los fondos de gestión pasiva es que parte de esos paquetes accionariales están en posición bajista en alguno de sus fondos y, por tanto, presionan a la baja a estas compañías. Blackrock declara al supervisor en España derivados como permutas financieras, contratos por diferencias, opciones o préstamos de valores que no comunica en EEUU. Las posiciones bajistas se revalorizan con la caída de una acción; se usan para especular o bien para proteger (como cobertura) el valor de una cartera de acciones.
Porque Blackrock, para bien o para mal, juega al alza y a la baja en sus participadas, como se ha visto en el caso de DIA o como hacen otros grandes inversores como Norges Bank en Indra. La gestora que dirige Larry Fink es el gran caladero de acciones para los hedge funds bajistas, donde pescan paquetes de títulos para ponerse cortos. Es la operativa más desconocida para el pequeño inversor y el público en general ignora por completo: el préstamo de acciones de custodios, fondos y accionistas de referencia de las empresas españolas.
La participación de Blackrock en Santander, del 6,7% y valorada en 4.560 millones de euros, contiene una permuta financiera y un préstamo de acciones que abarca a 6,2 millones de títulos, valorado 32 millones de euros. Según el registro de la CNMV, el 0,5% del capital (valorado en 380 millones) se corresponde con posiciones bajistas sobre el banco que dirige Ana Botín. Esa esa la última posición bajista agregada declarada a la CNMV el pasado 20 de enero. Blackrock comunicó a la SEC su actualización el pasado 19 de enero, aunque no tiene la obligación de hacerlo a la CNMV, donde porcentaje oficial es inferior, del 5,07%.
COBERTURAS BAJISTAS DE 440 MILLONES
En el caso de Telefónica, Blackrock ha declarado a la SEC que controla, de forma indirecta y a través de sus centenares de fondos, el 6,7% del capital, valorado en 3.000 millones de euros. Con esta participación superaría a los dos accionistas históricos de la operadora (BBVA y La Caixa), que controlan entre el 5% y 6% de la compañía española. Según la declaración a la CNMV española, Blackrock mantiene en préstamo 7,6 millones de títulos de Telefónica a otros fondos -algunos de su propia marca-, además de una opción Call (que se revaloriza con las subidas de cotización) sobre 373.600 acciones y una Put (bajista) sobre 15.700. En conjunto, estas protecciones a través de derivados suman un valor de unos 60 millones en el caso de la operadora, otros 32 millones en Santander y 350 millones en BBVA.
El caso más claro de su operativa es BBVA. Como informó Bolsamanía, Blackrock, la mayor gestora de fondos del mundo, ha incrementado este enero su participación el banco del 5% al 5,7% del capital., pero lo ha hecho para protegerse de caídas en la cotización. Es el equivalente al 0,87% del capital de BBVA, según consta en la CNMV, y está valorado en más de 350 millones de euros a los precios actuales de mercado. Es lo que se denomina una operativa bajista. Los inversores ‘cortos’ (shorts, en inglés) piden prestadas estas acciones para venderlas con el objetivo de recomprarlas a un precio inferior y devolvérselas a su legítimo dueño, en este caso, Blackrock, que actúa no sólo como inversor, sino como guardián de valores de decenas de fondos de inversión de la gestora.