Los inversores más expuestos a la renta fija se enfrentan a una potencial caída de los bonos con la normalización de las políticas monetarias
Los inversores conservadores cada vez tienen más difícil obtener rentabilidades. Y más aún, los asesores y selectores de fondos. Las expectativas del mercado ante la posible retirada de los estímulos por parte del Banco Central Europeo (BCE) han adelantado los riesgos de que haya fuertes pérdidas para los tenedores de títulos de renta fija.
“Los bancos centrales distorsionan los precios”, aseguran en Diaphanum. La sociedad de valores presidida por Rafael Gascó cree que continuarán los estímulos, aunque recuerdan que “en general (los precios) están sobrevalorados y con una rentabilidad-riesgo muy baja”, añaden. En el nicho de la renta fija, de hecho, los bonos públicos y los corporativos con grado de inversión “están muy caros”. Mientras que los de alto rendimiento o ‘high yield’ “son atractivos, siempre con una diversificación adecuada”, sostienen.
En este contexto, no es fácil para los gestores, asesores o selectores añadir valor para los inversores más conservadores. En Diaphanum han construido una cartera de nueve fondos de inversión, que en el acumulado del año suma una rentabilidad del 0,74%. La cartera conservadora tiene un 55% de los activos en tres fondos monetarios: el BNP Paribas InstiCash EUR, el Groupama Asset Management Groupama Entreprises y el AXA Court Terme P Acc.
Por otro lado, el 30% está en dos productos de renta fija a corto y medio plazo. Ambos son dos clásicos del sector, el Carmingac Securite y el BlackRock Euro Short Duration Bond Fund. Ambos son vehículos cinco estrellas Morningstar -máxima calificación por rentabilidad y riesgo frente a sus competidores-, y gestionan 15.000 y 10.000 millones de euros respectivamente. En ‘high yield’, la apuesta de la sociedad de valores es Muzinich Short Duration High Yield Fund, que copa el 5% de los activos. Otro 5% de la cartera está en el fondo Ethna Defensiv, un fondo mixto defensivo de Ethenea.
Mientras que para asumir mayor riesgo, tienen un 10% de la cartera posicionado en renta variable con el Schroder ISF European Value, un fondo de la gestora francesa con 850 millones de euros de patrimonio que tiene sus mayores posiciones en los bancos Royal Bank of Scotland y HSBC; y con el Vanguard US 500 Stock Index, un vehículo indexado al selectivo de Wall Street.