El gestor del fondo Fidelity Iberia defiende su posición en "bancos españoles locales" frente a los más globales como BBVA o Santander
Hay margen para encontrar historias de crecimiento en la bolsa española. Dejando de lado el ruido político y el subidón del Ibex de la primera mitad del año, que ha corregido en verano, el fondo Fidelity Iberia se centra en encontrar oportunidades con firmas como Inditex, Amadeus, Grifols o los “bancos españoles locales”.
En este último caso, “el fondo está estratégicamente posicionado con una sobreponderación a bancos españoles locales que están baratos como Sabadell, CaixaBank y Bankia, e infrapondera los grandes bancos internacionales como BBVA o Santander”, explica su gestor, Fabio Riccelli, en una entrevista con ‘Bolsamanía’. “La razón está siendo que el mercado bancario español está mejorando lentamente”, añade.
En concreto, Riccelli hace referencia a la consolidación y estabilización de la economía, la reducción generalizada de costes por parte de la banca y la limpieza de los activos improductivos en los balances. Asimismo, las entidades en las que el negocio es preferentemente local han estado cotizando a múltiplos “más baratos” que los bancos más internacionalizados. “Son una propuesta de inversión más atractiva. Son menos arriesgados que los grandes, ya que no están expuestos a mercados emergentes volátiles, son más simples de analizar y cotizan con descuentos”, agrega el experto. Además, cuando el Banco Central Europeo (BCE) normalice en el futuro los tipos tras una retirada gradual del QE, “ayudará a los retornos de estos bancos”.
Los bancos españoles locales son menos arriesgados que los grandes, ya que no están expuestos a mercados emergentes volátiles, son más simples de analizar y cotizan con descuentos
Riccelli se hizo cargo del Fidelity Iberia en 2014 en sustitución de Firmino Morgado. Se trata de un clásico en la industria española, con cuatro estrellas Morningstar -segunda máxima nota, que va de uno a cinco-, y un patrimonio de 617 millones de euros. El vehículo, que llegó a superar los 1.000 millones de euros, estuvo cerrado a las suscripciones netas, pero se reabrió en 2015. “Los flujos de entrada no tienen influencia en las inversiones”, matiza el gestor de Fidelity.
Tras un año 2016 de pérdidas (-5,1%), en 2017 se sitúa entre los mejores fondos de bolsa española, con una rentabilidad acumulada cercana al 13%, por encima del 11% que logra el Ibex 35 ajustado por dividendos. Este repunte se produce, más allá de los bancos, por el sesgo de la cartera hacia valores como Grifols, Amadeus, Iberdrola o Aena, que han tenido un buen comportamiento en el parqué durante este ejercicio.
La bolsa española ha reducido sus ganancias anuales durante el verano, en medio del repunte del euro, las dudas sobre la política monetaria del BCE y el renovado ruido político con Cataluña. Aun así, hay recorrido para la renta variable, considera Riccelli: “En la Eurozona, los datos macro siguen siendo positivos y las encuestas de confianza están en los niveles más altos desde la crisis financiera”, explica para el conjunto del Viejo Continente, mientras que en la renta variable ibérica -añadiendo a España la bolsa portuguesa-, destaca “la historia de crecimiento tras las reformas laborales implementadas en los últimos años que han hecho que la región sea más competitiva. El desempleo se está reduciendo, las exportaciones mejoran y los precios del sector inmobiliario empiezan a subir”.
Los riesgos, prosigue el gestor de Fidelity, llegan por “una situación política inestable y un gran déficit presupuestario, que podrían influir en el sentimiento de los inversores. Las valoraciones, además, ya no están baratas, con lo que es clave ser selectivo”. Por otro lado, el apetito por el riesgo y la dirección de los tipos de interés “serán clave para el rendimiento del mercado español”.
INVERSIÓN EN ‘BLUE CHIPS’
Pese al análisis global del mercado español, Riccelli recuerda que su estilo inversor es de empresa por empresa, generalmente fijándose en compañías con al menos 1.000 millones de euros de capitalización y basando su análisis en el crecimiento del negocio, las valoraciones y sus convicciones sobre el valor. Con estas premisas, varios de los valores de la cartera son ‘blue chips’ del Ibex, aunque el gestor matiza en que es fruto del análisis individual de los valores y que “también hay inversiones en pequeñas y medianas empresas por capitalización”. La cartera está compuesta por 32 empresas, con una rotación típica de entre el 10% y el 15% anual.
El crecimiento de Amadeus a largo plazo viene dado por el aumento del tráfico aéreo global, nuevos contratos de aerolíneas y expansión potencial a otros mercados
La principal posición del fondo -con datos hasta julio, según Morningstar- es la empresa de servicios tecnológicos para el sector turístico Amadeus, que cotiza cerca de máximos históricos. “Opera en un mercado oligopolístico, donde el crecimiento a largo plazo viene dado por el aumento del tráfico aéreo global, nuevos contratos de aerolíneas y expansión potencial a otros mercados adyacentes como camas de hotel o asientos de tren”, arguye Fabio Riccelli, que puntualiza: “En el corto plazo puede parecer que está cara, pero en el largo plazo aún vemos valor en la compañía”.
Esto último ocurre también con Inditex, un valor que está entre las principales inversiones del fondo de Fidelity, y que tradicionalmente se le ha escapado a los mejores fondos españoles pese a estar entre las mayores historias de éxito en bolsa de la última década. No obstante, este año cae un 5%. Tras subir en la primera mitad del año, y marcar máximos históricos en junio, cae desde entonces un 16%. “Aunque la valoración de Inditex puede parecer costosa en el corto plazo, en el horizonte de largo plazo está bien posicionada para crecer, y el mercado está subestimando la sostenibilidad del crecimiento de sus beneficios”, opina Riccelli, que recuerda que “Inditex tiene alrededor del 2% de participación en el mercado minorista de ropa y todavía no está en muchas ciudades o países, por lo que hay espacio para que la empresa crezca orgánicamente”.
Otro de los valores destacados del fondo es Grifols, “un jugador global” en la industria del plasma sanguíneo sobre el que espera un crecimiento sostenible en los próximos 5 o 10 años. “Con la debilidad de las acciones el año pasado construí una participación significativa. Es un negocio oligopolista en un mercado que crece a ritmos anuales del 7% o el 8%, impulsado por el envejecimiento de la población y un mayor diagnóstico de las personas con enfermedades inmunes”, resume Riccelli, que añade además que es un mercado con “grandes barreras de entrada”.