Según el Banco de España, el retroceso del consumo ha sido mucho más intenso que el de las rentas
El comportamiento del consumo privado en el segundo trimestre se ha visto lastrado por las medidas de confinamiento y por el contexto de mayor incertidumbre. Esto ha provocado que la tasa de ahorro de los hogares haya mostrado un fuerte repunte entre abril y junio, según las estimaciones del Banco de España, que señalan al descenso del consumo más que a la bajada de rentas como el causante de esta situación provocada por las restricciones a la movilidad debido a la pandemia del covid-19.
Así, prevén que, en el segundo trimestre, la caída de la demanda habría sido más abultada que entre enero y marzo, periodo en el que ya se contrajo un 7,3% en términos intertrimestrales, retroceso que alcanzó el 16% en el caso de la compra de bienes duraderos. En concreto, señalan que en abril y mayo las matriculaciones de automóviles particulares mostraron sendos descensos del 98% y del 63% interanual.
Además, los componentes del índice de comercio al por menor que miden el gasto en ropa y calzado y en equipamiento del hogar se contrajeron en abril en torno al 80% y 60% interanual, respectivamente, mientras que el retroceso del gasto en servicios habría sido también muy elevado, dado el cierre de la actividad en la hostelería.
Por su parte, la confianza de los consumidores mostró un deterioro muy acusado en ese mismo mes, hasta el nivel más bajo de la historia, antes de registrar una tímida recuperación en mayo. "El retroceso del consumo, muy condicionado por las medidas de confinamiento, habría sido considerablemente más intenso que el de las rentas, cuya caída se habría visto amortiguada por las medidas de apoyo fiscal", explica el organismo en su último boletín económico.
DESACELERACIÓN DEL CRÉDITO
En línea con esta evolución del consumo, el crédito destinado a este fin habría presentado una importante desaceleración en este periodo, igualmente afectado por el confinamiento de la población y el aumento de la incertidumbre. Así, el fuerte descenso de la demanda de financiación, junto con una oferta de crédito posiblemente más restrictiva, se reflejó en un desplome de las nuevas operaciones crediticias en todos los segmentos de préstamo a las personas físicas en abril, y, especialmente, en la financiación destinada a consumo.
En este sentido, el Banco de España destaca que la caída del crédito para consumo habría sido mayor en ausencia de moratorias sobre las deudas bancarias, sobre todo de las que no tienen garantía hipotecaria.