En España se utiliza cada vez más la tarjeta, aunque para compras con importes menores
El móvil se ha convertido en un elemento imprescindible en la vida diaria. Ha dejado de ser una herramienta de comunicación para pasar a contar con multitud de posibilidades para el usuario. Entre ellas, la de operar y realizar pagos de manera rápida y cómoda. Es más, más del 2% de las compras se hacen a través del móvil, lo que apunta a que "las tarjetas físicas van a desaparecer".
A pesar de que los pagos a través del móvil constituyen el sistema de abono que se ha implantado más recientemente, el uso de wallet, la herramienta que permite estos pagos, es cada vez mayor. Por este motivo, "no tiene sentido que sigan existiendo" las tarjetas físicas, considera el consejero-director general de Bankinter Consumer Finance, Alfonso Saez.
Según los datos del último informe realizado por la entidad sobre el nacimiento de un nuevo tipo de consumidor tras la crisis, el uso del móvil para el pago de las compras ya supone el 2,4% del total de las transacciones que se realizan este año. Esto supone que "el móvil es ya nuestro nuevo monedero".
El importe medio que se realiza a través de este dispositivo se mantiene estable, en unos 35 euros. Sin embargo, destaca el "significativo aumento" en cuanto al número de movimientos, que en los últimos tres meses se han incrementado en un 44,6%.
Destaca el significativo aumento del número de movimientos a través del móvil, que en los últimos tres meses se han incrementado en un 45%
Pero no solo el móvil. Hay otros sistemas de pago que están teniendo cada vez más representación. Se trata de las soluciones de pagos inmediatos, como puede ser Bizum, cuyo importe medio de transferencia desde su lanzamiento hace dos años supera los 53 euros. En el último año, el número de operaciones con este sistema ha aumentado 2,5 veces.
Las nuevas tecnologías también han propiciado la aparición de lo que Bankinter Consumer Finance ha denominado como el "consumidor inteligente". Es un tipo de cliente "más reflexivo y menos impulsivo, que dispone de más canales a su alcance para buscar una oferta más amplia, que está más informado y lee las recomendaciones de otros consumidores". Además, "espera los periodos de rebajas y fechas clave con descuentos para obtener lo que quiere al mejor precio posible y, por lo tanto, con un menor gasto y más flexible".
MÁS USO DE LA TARJETA, PERO PARA IMPORTES MENORES
La tarjeta de crédito empieza a ser usada de forma habitual para hacer los pagos que antes se hacían en efectivo. Esto supone que los españoles compran más a menudo con la tarjeta, pero su uso se destina para pagar importes cada vez más pequeños. "Hoy los ciudadanos consumen de forma diferente, como se refleja tanto en la frecuencia con la que usan la tarjeta de crédito como en los importes que destinan a cada compra", explica Saez.
Según el estudio, de los 32,2 movimientos al año que cada persona realizaba hace una década, en 2018 se prevé que pase a los 48,3 movimientos. Así, el gasto anual medio de cada consumidor sigue una tendencia "creciente", partiendo de los 2.506 euros hace diez años hasta llegar a unos 3.156 euros previsiblemente para este año, es decir, el importe de los pagos anuales ha aumentado un 26%.
No obstante, el importe medio de cada compra ha descendido "considerablemente" desde los 77,9 euros en 2008 hasta los 65,4 euros previstos para este año, lo que representa un 16% menos. Lo que refleja que el uso de la tarjeta de crédito se ha "consolidado como parte de los hábitos de los consumidores y su evolución sigue en línea ascendente".
SUBEN UN 73% LAS COMPRAS ONLINE CON TARJETA
Poco a poco los españoles han empezado a perder el miedo y a habituarse a las compras digitales. Según el informe, los consumidores han pasado de realizar de media 8,1 movimientos con tarjeta de crédito en Internet en 2013, con un gasto medio de 268 euros, a los 14 movimientos estimados para este año, con un gasto medio de 866 euros. Esto representa un aumento del 73% en el número de movimientos en un periodo de seis años.
Y este cambio de consumidor pasivo a activo, interesado en comprar mejor, de manera más racional y a menor precio ha contribuido a la aparición de las plataformas de comercio electrónico. En 2009, apenas representaban el 0,1% del gasto total de los consumidores. Para el presente año, las previsiones apuntan a que este porcentaje subirá hasta suponer el 2,5%.