Qonto, Doctolib, Mano Mano o BlablaCar se sitúan a la cabeza de las tecnológicas galas
La Bolsa de París ha cerrado marzo con una subida de casi el 1,40% y durante el pasado mes ocupó los principales titulares económicos y bursátiles, con el CAC40 alcanzando un máximo histórico intradía por encima de 7.400 puntos. Toda Europa gira la mirada hacia un país que se colocó a la cabeza del Viejo Continente en innovación en 2021 y 2022, y cuyo selectivo de referencia acumula una revalorización del 13,30% este 2023.
Aunque desde el extranjero se la considera una economía industrial más bien tradicional, la escena de las startups francesas ha cobrado un enorme impulso, y Francia se ha esmerado en favorecer un entorno favorable a los fundadores de estas compañías, que produce en masa nuevos unicornios.
Algunos siguen asociando la economía francesa con el intervencionismo del Estado, la escasa reforma del mercado laboral e incluso una tendencia al proteccionismo. Sin embargo, con muy pocas excepciones, los sectores industriales franceses están hoy totalmente privatizados, por lo que no sólo la política industrial francesa apenas difiere de la de otras grandes economías europeas, sino que Francia se ha puesto muy por delante en cuanto a fuerza innovadora.
Francia se coló en 2020 entre las 15 economías más innovadoras del mundo, ya que el Gobierno francés ha hecho de la transformación del mercado nacional en un polo de innovación una prioridad con resultados bastante notables. Aparte de las reformas económicas, Francia ha establecido diferentes planes de innovación. Uno de los más importantes es La French Tech, que se lanzó como una campaña de marca en 2013 pero que hoy es un potente ecosistema de startups. La marca oficial del Estado gestiona una serie de programas que fomentan el asentamiento, el desarrollo y la promoción del espíritu empresarial innovador. En el marco del crédito fiscal a la investigación (CIR), las empresas pueden invertir en investigación y desarrollo y luego obtener el reembolso de parte de sus gastos. No hay restricciones en cuanto al sector económico en el que actúa la empresa ni a su tamaño.
El programa francés Tech Next40/120 apoya nuevos agentes tecnológicos que desarrollen soluciones en los ámbitos de la ecología transición, salud, movilidad, etc. En el marco de este plan, se seleccionan anualmente 120 startups y scaleups francesas en función de criterios de rendimiento en financiación o ventas. El Next40 hace referencia al objetivo del programa de convertir a los participantes en futuros candidatos a formar parte de los 40 del CAC, el índice de referencia de la Bolsa de París.
Cuando comenzó la era de la tecnología mundial a principios del milenio, la fuerte concentración de la economía francesa en sectores como el del transporte (AVE) o la energía nuclear se hizo visible en el bajo rendimiento relativo del CAC 40. Las cargas fiscales y arancelarias hacían de Francia un lugar poco atractivo para las empresas, los costes laborales seguían aumentando mientras que la productividad no lo hacía. Y en términos de innovación, si se mide por el gasto en investigación y desarrollo del sector privado, Francia se volvió igualmente poco atractiva. Una década más tarde, el país está muy bien situado en este sentido.
Según La French Tech, las startups del país recaudaron 13.100 millones de dólares en financiación en 2021, con 28 operaciones de al menos 100 millones de dólares y 1.350 nuevas start-ups constituidas. En 2019, el capital recaudado por este tipo de entidades se situó en 5.700 millones de dólares. Mientras tanto, el número de startups en Francia aumenta en torno a un 20% al año, gracias a las condiciones favorables a los fundadores y a los inversores y al apoyo gubernamental a través del BPI (Banque publique d'investissement). No todas estas empresas son populares en el extranjero, pero Qonto, Doctolib, Mano Mano o BlablaCar son bien conocidas. Según France FinTech, las empresas francesas del sector de las tecnologías financieras recaudaron la cifra récord de 2.900 millones de euros en capital a lo largo de 2022, lo que convierte a Francia en el segundo centro de fintech más importante de Europa después del Reino Unido.
Francia ya está en el camino de trasladar el dinamismo de las startups al conjunto de una economía que creció un 7% en 2021, superando a sus homólogas europeas. El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó que quería haber visto 25 unicornios creados para 2025 y este objetivo se alcanzó tres años antes de lo previsto, por lo que la tecnología y un entorno favorables a los emprendedores está en pleno apogeo. Además, con la labor desempeñada en Choose France, un foro industrial anual dirigido a empresas e inversores internacionales creado hace cinco años, Francia está apuntalando esta innovación inducida por el gobierno.
Por Christophe F. Grosset, director de ventas para Europa de Spectrum Markets