Por José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España
José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, nos ofrece una interesante visión de mercado sobre la situación actual de las bolsas.
Veamos: el menor crecimiento europeo es sin duda un factor de inquietud. Pero no es el Problema. De hecho, son muchos los problemas a considerar para entender la decepción de muchos inversores: 1. el desajuste cada vez más claro entre la economía real y la financiera a nivel mundial; 2. la falta de visibilidad a medio plazo (de la economía mundial); 3. la incertidumbres derivadas de una política monetaria hasta el momento uniforme entre los bancos centrales desarrollados que lo será menos en el futuro; 4. imponderables como la actual psicosis sobre el Ébola.
Hay varios factores que explican la decepción de los inversores
Problemas que, debidamente removidos, han llevado a un aumento importante de la inestabilidad del mercado que hace imposible gestionar la cartera. De ahí la necesidad (racional) de liquidar posiciones para muchos inversores que, por otro lado, se han encontrado con escasa demanda. En definitiva, mercados profundos en teoría pero poco líquidos en la práctica. Y todos posicionados en el mismo lado. Vamos, el shock de realidad para muchos inversores que sólo habían visto unos mercados alcistas ha sido tremendo. Para el resto, simplemente la confirmación de algo que era obvio: la política monetaria tiene limitaciones para resolver problemas estructurales. O también su ineficacia para impulsar el crecimiento de forma duradera sin asumir un coste enorme en términos de la estabilidad financiera que hace seis años fue un objetivo clave en la instrumentación de las primera medidas monetarias expansivas.
La política monetaria tiene limitaciones, pero puede volver a ser empleada
Esto no significa que la política monetaria no puede volver a emplearse a fondo para que los mercados recuperen parte de la confianza. Pero, ya los inversores conocen un poco más los riesgos que asumen. Y me temo que no podrán olvidarse muy rápido de la experiencia. Por muy escasa que sea su memoria en caso de una ganancia aparentemente rápida y fácil. Recuerden: los únicos que dan cosas gratis de forma recurrente son los seres queridos. Y especialmente los padres. Obviamente, no es lo mismo que la complacencia o exceso de confianza que hemos visto en los últimos años.
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