"Las empresas no están preparadas por culpa del Covid", señala MUFG
El nerviosismo en torno a la resolución del Brexit vuelve a incrementarse a medida que Reino Unido y Bruselas se aproximan a la enésima fecha clave de su proceso de divorcio. Con la última tanda de negociaciones finalizada en Londres, los analistas temen que hayan alcanzado un nuevo punto muerto, ya que las informaciones que llegan desde ambos bloques no auguran que haya avances en las cuestiones en liza. Se espera algo de luz en la cumbre telemática de la Unión Europea (UE) del 19 de noviembre, aunque llegados a este punto, algunos expertos avisan de que no hay tiempo material para que se alcance el 31 de diciembre con un feliz desenlace.
“De una manera u otra Reino Unido abandonará la UE a finales de año con unas nuevas condiciones comerciales”, señalan desde MUFG y subrayan que “no tenemos aún la certeza de cómo se va a articular la futura relación comercial entre Londres y sus antiguos socios europeos”. Tanto si es bajo un nuevo acuerdo como bajo las normas genéricas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), “habrá importantes interrupciones en el suministro de mercancías simplemente porque no hay tiempo material para que las empresas y el Gobierno se preparen” avisan los analistas de la entidad nipona.
Por ahora, ambos bloques reconocen que hay "grandes diferencias" en sus respectivas aproximaciones. "Se han realizado algunos progresos pero todavía existen grandes diferencias, especialmente a la hora de equilibrar los términos y en el ámbito de la pesca", reconocía recientemente la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El negociador británico del Brexit, David Frost, señaló este domingo que las dos partes habían logrado algunos avances en sus negociaciones, pero que podrían no lograr un acuerdo.
Además, está la cuestión la Ley de Mercado Interno que Johnson ha declarado que piensa mantener y que está destinada a anular el acuerdo del Brexit sobre Irlanda del Norte. Con ella, el primer ministro británico pretende impedir a toda costa que a partir del 1 de enero pueda haber trabas entre la zona del Ulster y el resto de territorios británicos para evitar a su vez una 'frontera dura' con Irlanda. Estas pretensiones han añadido fricciones a las negociaciones con Bruselas, ya que supone renegar de partes del acuerdo de divorcio de Brexit y una violación del derecho internacional.
Por si esto fuera poco, esta cuestión ha agregado un nuevo jugador a la partida. El presidente electo de los EEUU, Joe Biden, declarado ‘remainer’ ha advertido al ‘premier’ británico sobre esta legislación que pone en peligro los acuerdos del Viernes Santo de paz en Irlanda del Norte. Su contundencia para con Londres si acaba de mala manera con la UE pesará en el resultado final de las negociaciones, aseguran no pocos analistas políticos, y puede inclinar la balanza hacia un Brexit suave.
A esto se suman las noticias de la dimisión de Dominic Cummings, asesor jefe de Boris Johnson y activista clave del Brexit. Si bien la renuncia de Cummings no será efectiva hasta el año nuevo, Citibank destaca que ha disminuido el riesgo de que las negociaciones del Brexit se rompan en lugar de llegar a un acuerdo. Según la 'BBC', la salida de Cummings se ha visto acelerada por la agitación existente durante los últimos días en la oficina del primer ministro británico, y después del anuncio de la salida del director de comunicaciones de Johnson y aliado de Cummings, Lee Cain. En definitiva, estos movimientos indican que el gabinete ‘torie’ se plantea virar su postura sobre el acuerdo de comercio.
Todo este runrún hace pensar que las conversaciones se prolongarán hasta bien entrado diciembre y “las disrupciones comerciales parecen inevitables”, insisten desde MUFG. En primer lugar, el protocolo de Irlanda del Norte, que se ha debatido por separado durante las negociaciones de la implementación del Acuerdo de Retirada “tiene pocos números de estar listo a tiempo”, aducen, por lo que o bien habrá una interrupción entre el Ulster y el resto de Reino Unido o el país quebrantará los términos del protocolo”.
La UE podría mostrarse flexible en este punto, “pero no lo hará a menos que Londres se retracte de la amenaza de romper el trato a través de la ya citada Ley de Mercado Interno”, prosiguen. En segundo lugar, y en lo referente al comercio con los Veintisiete, mientras que Reino Unido ya ha suspendido los controles de importación durante seis meses, las exportaciones del Reino Unido a la UE tendrán que ser Revisadas desde el 1 de enero. “Los numerosos sistemas no están completamente listos todavía”, aducen desde MUFG.
Por último, debido a la pandemia de Covid, las empresas británicas “simplemente no están preparadas”. La encuesta de las Cámaras de Comercio Británicas de octubre mostró que más de la mitad de las compañías del país (51%) no había tomado ninguna de las 8 medidas aconsejadas por el gobierno para prepararse para el Brexit.
Estos acontecimientos ha estado pesando en el comportamiento de la libra y del FTSE, que han perdido terreno a medida que se ha desvanecido la euforia desatada por las elecciones de EEUU y el anuncio sobre la vacuna. “Hay una clara falta de impulso mientras los operadores esperan el último giro en la saga de Brexit”, comenta Susannah Streeter, analista de Hargreaves Lansdown, quien augura un repunte de la ansiedad en torno al acuerdo comercial la próxima semana.