La Guardia Civil ha conseguido localizar a dos sospechosos a pocos kilómetros de Taragoña
La Guardia Civil, encargada de la investigación de la desaparición de Diana Quer, ha logrado nuevas pistas y han conseguido localizar a dos sospechosos a pocos kilómetros de Taragoña, lugar donde apareció recientemente el teléfono móvil de la joven madrileña que desapareció el pasado 22 de agosto en A Pobra do Caramiñal.
Según publica La Voz de Galicia , uno de estos sospechosos sería un hombre violento, consumidor de estupefacientes y con antecedentes por narcotráfico, delitos de agresión sexual o violencia machista de Barbanza (ría de Arosa), tanto este como el segundo sospechoso estarían ubicados cerca de Taragoña.
Ahora, sobre este retrato delictivo y personal que no se atribuía a nadie en concreto, se ha dado un paso más al dirigirlo sobre dos individuos perfectamente ubicados en Arousa norte, y concretamente en una zona situada a pocos kilómetros de Taragoña.
Lo unico que por el momento podría sustentar la implicación de ambos es la información que se espera obtener del teléfono móvil de Diana Quer, y en concreto, de la tarjeta SIM.
El seguimiento a los dos posibles sospechosos empezó hace unas semanas e incluso sus teléfonos habrían sido intervenidos previa autorización policial. Pero podrían no ser los únicos dispositivos móviles intervenidos. A pesar de ser sospechosos, no ha trascendido qué pruebas o datos avalarían que la Guardia Civil (que trabaja junto a miembros del Grupo de Apoyo Operativo del instituto armado) haya centrado parte de la investigación en ellos.
Recuperar la información del teléfono móvil
Otro pilar básico es el teléfono móvil de Diana Quer. Según explicaban algunas fuentes, el dispositivo ya se había sometido al tratamiento de desalinización. Esta es la primera parte del trabajo fijado, y que se ha completado dentro del plazo previsto para poder dar el empujón necesario a la investigación que, según las diferentes partes consultadas, podría haber entrado en su momento más crucial desde que empezó hace más de dos meses, recoge La Voz de Galicia.
Los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO), han descubierto en sus primeras indagaciones que el teléfono fue golpeado hasta romperlo, siendo después arrojado al mar en Taragoña.
El teléfono se encontraba enterrado en el fango cuando fue encontrado por un mariscador. Pero según 'La Voz de Galicia', la pantalla estaba destrozada, siendo golpeada por un objeto contundente, como una roca. Además, uno de los laterales parece forzado, tal vez con la intención de abrirlo. Después fue lanzado al mar, lo que causó los daños por el agua salada.