El viernes, Wanda anunció la venta del inmueble por 272 millones de euros al grupo murciano Baraka (que a su vez se lo vendió a la cadena hotelera Riu)
El multimillonario chino Wang Jianlin, dueño del conglomerado Wanda, perdió unos 200 millones de yuanes (26 millones de euros) con la compra y posterior venta del Edificio España en Madrid debido al tipo de cambio, según subraya la prensa del país asiático.
"El hombre más rico de China pierde 29 millones de dólares en una transacción inmobiliaria en España", titula el diario oficial China Daily en un artículo publicado este sábado, recoge Efe.
El viernes, Wanda anunció la venta del inmueble por 272 millones de euros al grupo murciano Baraka (que a su vez se lo vendió a la cadena hotelera Riu), lo que puso fin a un largo proceso iniciado en julio pasado, cuando la empresa china firmó un acuerdo para negociar la compraventa del inmueble.
PÉRDIDAS POR EL TIPO DE CAMBIO
La depreciación del euro y el fortalecimiento del yuan desde la compra han hecho que en realidad la compañía pierda con la transacción
El precio de venta del edificio es superior al que Wanda pagó por él en 2014 (265 millones de euros), pero la depreciación del euro y el fortalecimiento del yuan, la moneda china, desde entonces han hecho que en realidad la compañía pierda, destaca China Daily.
"Wanda pagó el equivalente a 2.200 millones de yuanes en base al tipo de cambio en 2014. Los 272 millones de euros por los que lo ha vendido esta semana se traducen en 2.080 millones de yuanes en base al tipo de cambio actual, por lo que Wang y su compañía han perdido casi 200 millones de yuanes", argumenta el rotativo.
El medio chino explica que Wanda planeaba "devolver" al emblemático Edificio España "su antiguo esplendor", pero señala que "un cambio de actitud del Gobierno" y "la fuerte oposición de los residentes a los trabajos de restauración congelaron los planes durante al menos dos años".
"Al final, Wanda perdió interés en el proyecto", asegura el medio chino, controlado por el Gobierno.
Wanda decidió retirar su inversión en el Edificio España por desavenencias con las autoridades madrileñas a cuenta de la demolición o no de la fachada, que algunos estudios técnicos autorizaban a tirar, frente a otros que apelaban a su protección parcial para impedirlo.
El grupo chino quería desmontar y volver a construir todo el edificio con nuevos materiales, mientras que el consistorio apelaba a su protección y exigía llevar a cabo las obras manteniendo la fachada principal y las laterales.