Los ingresos efectivos por la desinversión en el país magiar suponen un múltiplo de 8,4 veces del Ebitda
La 'teleco' británica Vodafone tiene previsto ingresar en efectivo 660.000 millones de forintos (1.658 millones de euros) procedentes de la venta de su filial en Hungría a la tecnológica 4iG y a Corvinus, una empresa propiedad del Estado húngaro, según ha informado este lunes en un comunicado.
La cifra procede de los términos vinculantes que han acordado ambas partes y que ha hecho públicos este lunes. Asimismo, es ligeramente inferior a los 715.000 millones de forintos (1.796 millones de euros) que anunciaron en agosto, ya que el dato de ese momento era la valoración total de la empresa, incluyendo deuda y efectivo.
Los ingresos efectivos por la desinversión en Hungría suponen un múltiplo de 8,4 veces del Ebitda después de alquileres del periodo de 12 meses finalizado en marzo. Los ingresos se usaran para reducir el endeudamiento de Vodafone. Ambas partes esperan terminar esta transacción a lo largo del mes de enero.
"Esta combinación crea un operador convergente de escala en comunicaciones fijas y móviles y apoya el objetivo del Gobierno húngaro de crear un campeón nacional en el área de las tecnologías de la información y comunicación", ha indicado le consejera delegada en funciones de Vodafone, Marguerita Della Valle.
Vodafone Hungría cuenta con 3,8 millones de clientes minoristas y empresas, de los cuales 3 millones son clientes de líneas móviles y los 800.000 restantes, de servicios fijos. Tras la fusión con 4iG, la firma conjunta tendrá 5 millones de clientes.
4iG se hará con el 51% de Vodafone Magyarország Távközlési, mientras que Corvinus será el propietario del 49% restante. Tras la operación, 4iG espera fusionarse con Vodafone para ser el segundo mayor operador de telecomunicaciones fijas y móviles en el país, solo por detrás de Magyar Telekom.