El sector viene de un "agujero negro" del que quiere salir cuanto antes
En menos de un mes llega la Semana Santa, una de las épocas vacacionales más esperadas por el sector en los últimos años. La caída paulatina de las restricciones junto con el aumento de personas inmunizadas hace que sea clave para el conjunto del turismo. Sin embargo, la guerra en Ucrania y las protestas en los transportes ponen en duda que las expectativas generadas a su alrededor se puedan cumplir. La subida de los precios, a raíz del repunte de la energía, y el posible desabastecimiento son dos nubarrones que se ciernen sobre las empresas.
Puede consultar aquí el directo especial de 'Bolsamanía' sobre la guerra.
“El sector está intentando abandonar el agujero negro en el que estaban”, comenta Esther González, profesora de EAE Business School en referencia a la crisis que le ha generado el coronavirus al conjunto de las empresas turísticas. Esta es una de las razones por las que las compañías terminarán por no repercutir la subida de precios a los clientes.
“Como partimos de años tan malos para el sector en una economía como la española donde el turismo tiene un gran peso del PIB”, afirma González, “los turoperadores dicen que minimizarán las subidas de costes para salvar la Semana Santa. De momento los precios no se han movido”.
Un caso bien distinto es el de las empresas de transporte, sobre todo las aerolíneas y marítimas, que con el alza de los precios no tienen mucho margen para asumir ese incremento de los costes en sus márgenes.
Pese a todo, advierte que “esto tiene un límite”, dado que los márgenes con los que operan estas empresas son “raquíticos”. “Si no hay un apoyo real por parte de las autoridades como está pasando con el sector del transporte por carretera, estas compañías van a sufrir porque no van a poder cumplir con los resultados. Al final, compañías estarán en riesgo de desaparecer”, añade.
Es por ello que, si la situación sigue tensándose, los turoperadores tendrán que acabar subiendo los precios, aunque para Semana Santa aguantarán.
Y es que según indican desde el sector, las previsiones de cara a 2022 son positivas, siempre y cuando el conflicto en Ucrania no se intensifique y altere el equilibrio geopolítico. El vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, señaló hace unos días que los buenos datos de pernoctaciones hoteleras en febrero un 17% inferiores al mismo mes de 2019, junto a la notable propensión de los europeos para viajar, son las razones para pensar en un buen año del turismo.
Por otro lado, Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo, aseguró el lunes que "España afronta una buena temporada turística, a pesar de la incertidumbre por la guerra en Ucrania, que genera desconfianza en los viajes".
"Es muy importante las condiciones de cierta normalidad que se tienen en la actualidad en toda España, ya solo falta quitar la mascarilla, algo que esperemos que pronto se aborde en la conferencia sectorial de Sanidad, para aportar aún más normalidad al disfrute de los turistas", incidió.
Precisamente, la incertidumbre es algo que puede ir en contra de la temporada turística, dado que, tal y como explica González, el viajero no suele ir allí donde puede ver un cierto peligro. “Otra cosa es la incertidumbre de la guerra y la huelga de transportes. Si no se soluciona pronto, la gente no querrá encontrarse carreteras cortadas, camiones atravesados… esto sí que puede perjudicar teniendo en cuenta que muchos de los viajes de semana santa se hacen en sus propios coches”, argumenta.
De hecho, esta característica en los viajes de Semana Santa, la de viajar cada uno en su propio automóvil, puede provocar menores ingresos en los hoteles, las empresas de actividades y la propia hostelería, ya que, si los carburantes siguen en los niveles tan altos, la gente reducirá los costes en estos servicios. En este sentido, la profesora de EAE Business School habla del ‘hambre turística’, esas ganas de la gente por viajar tras dos años sin poder hacerlo, lo que llevará a muchos a salir pese a los mayores costes.
En este sentido, y en línea con lo defendido por Exceltur, González no cree que España sea uno de los mercados más perjudicados. “España no será de los más perjudicados hablando de los vectores que se han comentado, no será el peor, pero perderá visitantes de fuera de la UE, que no son el turista más importante, pero unos de los que dejan más dinero son los rusos”, argumenta.
Por todo ello, y como conclusión, Esther González aboga por un modelo de ayudas parecido al que están negociando en el sector del transporte, porque por el momento parte de las empresas del turismo podrán aguantar el envite en Semana Santa, pero de cara al verano tendrán que subir los precios si el incremento de costes se mantiene en el tiempo.