Cientos de oficinas bancarias desaparecerán en los próximos ejercicios
Hace años que las grandes entidades predican el cierre de oficinas como consecuencia de la digitalización. El efecto de la crisis financiera y la desaparición de las cajas de ahorro, así como un mayor uso de la banca online, han hecho que en los últimos diez años el mapa de oficinas se haya reducido un 40%, lo que tiene como consecuencia que casi tres españoles de cada cien no tienen a día de hoy acceso a una entidad en su lugar de residencia. Y la cosa irá a peor, pues los grandes bancos ya han anunciado grandes cierres de sucursales.
El 2,89% de los residentes en España, que equivale a 1,35 millones de personas, vivía en municipios donde no hay ninguna oficina bancaria al cierre de 2017. Esta cifra es superior a la registrada el año antes, concretamente un 7% mayor, de acuerdo con un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). Estos datos suponen que más de la mitad de los municipios españoles (el 52,2%) no tiene una sola sucursal, 8 puntos porcentuales más que en 2008, cuando la red conjunta de sucursales en España alcanzó su punto álgido.
La situación, que dadas las cifras parece complicada, será peor en unos años. Los bancos ya tienen planes para cerrar oficinas en los próximos ejercicios, principalmente debido a la digitalización, pero también a las recientes fusiones. La última en dar a conocer sus planes ha sido CaixaBank, que en los próximos tres años quiere cerrar unas 800 oficinas, con sus correspondientes recortes de plantilla.
Así, la entidad que dirige Gonzalo Gortázar, que cuenta con la red comercial más extensa del país, pasará de tener 4.461 sucursales a 3.640. CaixaBank comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la pasada semana que su objetivo es “concentrar y optimizar la red urbana”, pero también “flexibilizar las condiciones laborales para mantener la red rural".
AJUSTE TRAS INTEGRAR POPULAR
Otra de las entidades que sufrirá el próximo año un fuerte ajuste en su red de oficinas es Santander. La entidad tiene pendiente una reestructuración por la integración de su franquicia con la de Popular, después del recorte que ya acometió el año pasado al hacer lo propio con sus servicios centrales.
Aunque las negociaciones no comenzarán hasta inicios del próximo año, la plantilla teme que el ajuste se lleve por delante a 4.000 trabajadores, que se sumarán a los más de 2.000 que salieron de la entidad el año pasado. Para priorizar las salidas voluntarias y evitar lo máximo posible las bajas traumáticas, Santander y los sindicatos firmaron hace unos días un protocolo.
Esta salida de trabajadores será la consecuencia de un considerable cierre de oficinas, que Morgan Stanley cifró en un ajuste de hasta 850 sucursales, asumiendo que la entidad deje una distancia de dos kilómetros entre oficinas, o de 350 suponiendo que entre cada dos sucursales solamente haya un kilómetro de separación.
Pero CaixaBank y Santander no serán las únicas que acometerán cierres de oficinas, después de haber echado el cierre a más de medio millar en lo que va de año. Hace unos meses, los primeros ejecutivos de los principales bancos ya advirtieron que el ajuste de sus redes no ha terminado. El próximo presidente de BBVA, Carlos Torres, de hecho, ya afirmó hace unos años que su objetivo a largo plazo es quedarse con mil sucursales en España, un tercio de las que tiene actualmente.
LA EXCLUSIÓN FINANCIERA SE CEBA CON CASTILLA Y LEÓN
Castilla y León, la comunidad con más extensión del país, es la más afectada por la exclusión financiera atendiendo al número de sucursales repartidas por España. En la región solamente el 83% de sus habitantes puede acudir al banco en su municipio. O, lo que es lo mismo, el 16,4% de sus residentes lo son en municipios sin bancos, frente a menos del 1% que está en la misma situación en Baleares, Canarias, Murcia, Asturias y Madrid, de acuerdo con el mismo estudio.
Especialmente sangrante es el caso de Zamora, donde el porcentaje de población sin acceso a una oficina bancaria es del 27,7% y supera el 20% también en Ávila, Salamanca y Segovia. Esta última provincia, junto con Cáceres, es en la que más ha crecido el porcentaje de residentes sin bancos en su localidad.