La Generalitat saca pecho de su viaje a Japón y Aragonès prepara una misión a Alemania
Cada vez que la crisis catalana arrecia, todas las miradas se colocan sobre Seat. La planta de Martorell se vio afectada durante los violentos disturbios que se desataron en Cataluña tras la sentencia del 'procés' hasta el punto que tuvo que suspender su producción puntualmente. Semanas después, los cortes de carreteras tras el 10N, que "comprometen la economía productiva", según reconoce la misma Generalitat, sumados a las recientes declaraciones del presidente ejecutivo de Seat, Luca de Meo, vuelven a disparar el nerviosismo.
El alto directivo del fabricante de vehículos hispano-germano hizo esta semana algo que no acostumbra: hablar de política. Fue durante el foro Nueva Economía cuando constató lo "obvio", según fuentes de la empresa. "Seguro que (la imagen actual) no ayuda a los inversores a facilitar la idea de apostar por Catalunya", dijo, y por más que quiso disipar las dudas sobe la fábrica de Barcelona, sonaron todas las alarmas.
Ha querido el destino que estos comentarios hayan coincidido con una misión económica a Japón del Govern catalán para salvar Nissan, cuyas plantas en Cataluña arrastran problemas endémicos. El encuentro se ha producido cuando hay preocupación entre los trabajadores por la repercusión que puedan tener para las plantas de Zona Franca y Montcada i Reixac (Barcelona) los planes de la multinacional de reducir su plantilla. Pero la consellera d'Empresa, Àngels Chacón, ha arrancado una inversión de 70 millones de euros en Catalunya.
Un alivio para la Generalitat, a quien poco tiempo ha faltado para anunciar a bombo y platillo las novedades en un momento en que las patronales levantan la voz por los efectos de las prolongadas protestas y se renuevan las dudas sobre la estabilidad de la región. Pimec ha alertado de consecuencias negativas para la economía, las empresas, los autónomos transportistas y las inversiones de las diferentes reivindicaciones que están afectando a la movilidad por carretera. Si bien los cortes en la frontera con Francia organizados por Tsunami Democràtic de esta semana se han desconvocado, los CDR han seguido movilizados y los bloqueos de los accesos a Barcelona son una constante.
Seat busca poner distancia con estas manifestaciones. De hecho, De Meo aseguró que mientras "estos movimientos no impacten en la operativa del negocio no tenemos nada que decir". Pero los rumores sobre que Volkswagen se plantea el futuro de la planta de Martorell son recurrentes desde el referéndum de 2017. Ahora, además de que los nubarrones políticos no se disipan, la coyuntura del sector del automóvil no es buena, reconocen fuentes de la compañía.
"Se reduce la producción de todos los fabricantes" en un entorno difícil de mercado, explican. Volkswagen, sin embargo, se mantiene en buena forma: sólo las ventas han caído en los nueve primeros meses del año, un 1,5%, pero el resto de números de la compañía invitan al optimismo: la facturación ha crecido un 6,9%, el beneficio neto, un 19% y el resultado operativo se disparó un 24,5% de enero a septiembre.
Nissan sí ha acusado gravemente la debilidad de la automoción y su plan de recortes en todo el mundo de 10.000 empleos ha afectado a Barcelona, donde se acordó un ajuste de 600 puestos de trabajo en verano. Algo que está a años luz de Seat, defienden desde la empresa. Mientras la nipona produce entre 50.000 y 60.000 vehículos al año, la hispano-germana alcanza el medio millón anual. La planta de Martorell cerrará el año con el segundo mejor volumen de su historia y asegura que el empuje seguirá en 2020.
MISIÓN DE ERC A ALEMANIA
Los sindicatos y el comité de empresa, sin embargo, muestran cautela. Al temor del contagio de la situación en Nissan que, según explica CCOO, le come a Seat "una parte importante del parque de proveedores", se suma la crisis catalana que no tiene visos de aminorar. En este contexto, el Govern catalán está estudiando viajar a Alemania para reunirse con directivos del Grupo Volkswagen tras una petición del comité de empresa de Seat. Fuentes de la dirección aseguran, sin embargo, que aún no se ha producido una petición formal.
En concreto, la misión en Alemania estaría liderada por el conseller de Economía y Hacienda, Pere Aragonès, y el conseller de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, Chakir el Homrani, ambos de ERC, a quienes se trasladó la petición cuando visitaron la factoría en Martorell. A los republicanos les ha venido al dedillo la oportunidad para tratar de hacerse la foto con la cúpula de la matriz del fabricante de vehículos en un momento en que la relación con sus socios de Gobierno, JxCat, es nefasta.
Con este gesto, según fuentes conocedoras, matarían dos pájaros de un tiro: enviarían una imagen de confianza y contrarestarían la victoria de la Chacón en Japón, quien está en el órbita del President de la Generalitat, Quim Torra, y del expresident, Carles Puigdemont.
Desde Seat se esfuerzan a desvincular los movimientos del comité de empresa y la posible visita del Govern a Wolfsburgo de la crisis catalana. Hablan de "tormenta perfecta", para explicar que se han concatenado una serie de acontecimientos y aseguran que "la preocupación que nada tiene que ver con el día a día". Sobre la inquietud de los trabajadores, aseguran que se trata de la función normal del comité de empresa, intranquilo por el futuro más allá de 2023, cuando se calcula que se acabará la producción de los modelos que se fabrican actualmente en Martorell. "No hay urgencia para las nuevas adjudicaciones", redondean.