El gigante asiático es un mercado muy importante para los de Elon Musk y recibieron el 17% de sus ingresos allí en 2017
La guerra comercial empieza a tener su impacto negativo en el bolsillo de los ciudadanos. El pasado viernes entraron en vigor los aranceles entre China y Estados Unidos y este martes Tesla es una de las primeras compañías estadounidenses afectadas por el conflicto arancelario entre las dos mayores economías del mundo.
La compañía dirigida por Elon Musk se ha visto obligada a subir un 20% los precios de sus coches Model X y Model S, convirtiéndose así en la primera fabricante de automóviles que lo hace en el mercado automovilístico más grande del mundo.
El gigante asiático es un mercado muy importante para los de Elon Musk y recibieron el 17% de sus ingresos allí en 2017
"Elevar los precios perjudicará a las ventas, pero Tesla tiene que subir sus precios porque no puede permitirse absorber completamente los costes de los aranceles", asevera Efraim Levy, analista para CFRA. "Considerando que han afirmado tener limitaciones, deberían ser capaces de encontrar esas ventas en otro lado", destaca.
Para una compañía como Tesla Motors el mercado chino debería ser clave. Las ventas en el gigante asiático ya representaron un 17% de los ingresos de la fabricante en 2017.
Con todo, la compañía redujo en mayo el precio de su Model X en China hasta los 14.000 dólares después de que Pekín anunciara importantes recortes arancelarios en los automóviles importados. Sin embargo, los nuevos aranceles han vuelto a poner sobre la firma una nueva losa.
Un Model S de Tesla cuesta ahora en China unos 849.900 yuanes (109.349 euros), respecto a los 710.579 yuanes (91.423 euros) que costaba en mayo. Por su parte, un Model X salía por 775.579 yuanes (99.789 euros) en mayo, respecto a los 927.000 yuanes (119.272 euros) que cuesta en la actualidad.