El banco naranja ya ha externalizado a 162 personas, entre ellas su call center
La plantilla de ING en España se ha puesto en pie de guerra contra el banco por su temor a que éste haga un 'ERE encubierto’ para casi 350 empleados, lo que supondría externalizar en torno a un 28% de sus empleados totales. La medida afectaría a seis departamentos distintos y los trabajadores pasarían a empresas colaboradoras en las que, transcurrido un periodo de transición negociado, sus condiciones económicas se verían recortadas drásticamente. De momento, ING ya ha externalizado a 162 personas, aunque asegura que “no existen planes en la actualidad para externalizar ningún otro área”.
En concreto, 337 empleos están o podrían estar en peligro. Hace cuatro meses, el banco naranja externalizó a los cinco trabajadores de recepción y, en marzo, ha hecho lo propio con los 157 empleados de su call center, como adelantaron EFE y El Confidencial. Pero la cascada de externalizaciones podría continuar con 175 profesionales más durante los próximos meses, según ha podido saber Bolsamanía de distintas fuentes próximas al proceso.
ING tendría en mente prescindir como plantilla propia de 65 personas de su departamento de Calidad, otros 60 de Operaciones, 30 más de Recursos Humanos y 20 de Finanzas, según estas fuentes, que califican el procedimiento del banco de “ERE encubierto”. No obstante, la entidad especifica que en Calidad trabajan 49 personas y en Recursos Humanos, 25.
Muchos tenemos hijos y deudas que pagar, ¿quién va a poder aguantar dentro de dos años?, se preguntan varios de los afectados
Desde el banco, sin embargo, rechazan que la externalización del call center sea el primer paso de un proceso mayor. “No existen planes en la actualidad para externalizar ningún otro área”, explican fuentes oficiales de ING España, que trabaja con 900 empleados en call centers externos.
EL CASO DEL CALL CENTER
En el caso del call center, sus empleados han sido traspasados a la empresa Servinform S.A., con sede en Torrejón de Ardoz. El pacto entre estos trabajadores e ING es que mantendrán su salario, su antigüedad y sus beneficios sociales (el seguro médico o el plan de pensiones) durante dos años, acogiéndose durante ese tiempo al convenio colectivo de los empleados de banca. No obstante, la principal duda de los afectados es qué pasará con ellos una vez terminen estos dos años. Según las fuentes anteriores, el sueldo bruto medio de estos 157 trabajadores oscila entre los 30 y los 35.000 euros anuales, si bien en Servinform está entre los 18 y los 21.000 euros.
“Muchos tenemos hijos y deudas que pagar, ¿quién va a poder aguantar cuando el salario se reduzca a casi la mitad dentro de dos años?”, se pregunta una de las afectadas. En este aspecto, ING se desentiende de lo que ocurra a partir de marzo de 2021, pero defiende que ha promovido unas buenas condiciones de salida. El enfado entre los afectados aumenta, además, por cómo se ha minusvalorado su trabajo por parte del banco y en qué fase de su negocio en España se producen las externalizaciones: “Nosotros no cogemos un teléfono, gestionamos clientes. Además, lo han hecho justamente en los mejores momentos de ING en España, con los objetivos comerciales conseguidos ampliamente de cara a Holanda”, lo que les sorprende.
Los afectados también se quejan de que, por una “negligencia” del sindicato mayoritario (CC.OO.) y el comité de empresa, así como por las propias presiones de ING en la negociación, no tuvieron la oportunidad de ejercer su derecho a la huelga. La convocaron sin margen legal suficiente tras ser mal informados de su condición de servicio público (necesitaban diez días de antelación y no cinco, como solicitaron), e ING les “coaccionó” asegurando que “si no desconvocábamos la huelga, no se iban a sentar a negociar”.
El consejero delegado de ING España, César González-Bueno, habría justificado a los empleados del call center que su externalización se producía porque son “una unidad independiente”. Sin embargo, el colectivo de afectados, que ha hecho mucho ruido en redes sociales como LinkedIn, lo desmiente: “No lo somos, porque trabajamos con otros departamentos del banco de forma transversal”. Es más, puntualiza este colectivo, “somos un departamento de atención al cliente completo, con un perfil heterogéneo de distintas ramas de actividad”.
No existen planes en la actualidad para externalizar ningún otro área, asegura ING
Desde el banco enmarcan la externalización del call center en un paso hacia una mejor organización y una mayor eficiencia “con la voluntad de seguir prestando el mejor servicio”. El servicio del call center ha sido esencial para el desarrollo de la entidad en España y de la relación con sus clientes, pues apenas cuenta con oficinas bancarias en el país (dispone de 31 en 21 provincias, así como varios cajeros repartidos por sus capitales). Así lo reconocen fuentes oficiales de la entidad, que explican que el 90% de las llamadas recibidas se atienden a través de call centers externos.
LA VERSIÓN DE ING: CAMBIO DE SEDE PORQUE HABRÁ MÁS PLANTILLA
La entidad incrementó su plantilla en 100 puestos el pasado ejercicio (sobre todo, en tecnología) y tiene previsto seguir aumentándola en los próximos años. Por ello y por el crecimiento experimentado en los últimos años, ING España quiere mudarse y dejar su sede actual en Las Rozas.
El banco quiere agrupar a todos sus trabajadores en Madrid en una sola sede para dejar de “alquilar satélites” en los que ubicar a sus empleados, algo que ha dejado de ser eficiente para ING. "Estamos buscando [nueva ubicación] y esperamos mudarnos en el futuro porque no cabemos y porque vamos a seguir creciendo", explicó públicamente González-Bueno en la presentación de los resultados de 2018 de la filial.
La entidad tiene la intención de seguir aumentando su plantilla, especialmente en áreas tecnológicas, donde han incorporado a cien trabajadores en el último año. En total, la filial española de ING ha contratado a unos 200 trabajadores en 2018, si bien han salido otros 100. "El mercado está un poco más movido y hay más rotación, especialmente en perfiles tecnológicos", justificaba González-Bueno. En los últimos diez años, ING España ha pasado de tener 775 empleados a 1.200.
De hecho, el negocio de la entidad en España va viento en popa después de que en el ejercicio 2018 elevara sus ganancias antes de impuestos un 44%, hasta los 214 millones de euros. Su beneficio neto se incrementó aún más, un 90%, teniendo en cuenta extraordinarios de los ejercicios 2018 y 2017 que González-Bueno rechazó detallar.