Los empleados también gastan hasta 4.000 euros menos al año trabajando desde casa
El teletrabajo brinda a los empresarios una buena oportunidad para ahorrar costes en medio de la crisis del Covid-19. Cada compañía puede llegar a ahorrar hasta 5.000 euros al año por cada uno de sus empleado si estos desarrollan su actividad desde casa, según las estimaciones que ha realizado EffiWork. Pero también supone un beneficio económico para los trabajadores, que dejarían de gastar hasta 4.000 euros al año.
La principal fuente de gasto de una empresa suele ser el alquiler de una oficina. Con una parte de la plantilla en su propia casa, no se necesitan unas instalaciones tan grandes como las que arrendaban antes de la pandemia, consiguiendo ahorrar hasta un 30% del presupuesto destinado a esta partida. Muchas compañías ya han tomado una decisión en esta dirección, provocando una fuerte contracción en siempre prolífico mercado de oficinas.
Trabajar desde casa también reduce en hasta un 50% la factura de electricidad y otros suministros básicos. No obstante, el Gobierno ya ha iniciado los trámites para regular el teletrabajo con un texto que incluirá el derecho de los empleados a recibir una compensación por los gastos de Internet, luz, agua y calefacción que tenga en su vivienda durante su jornada laboral, entre otras medidas.
Además, la alerta sanitaria ha obligado a abrir una nueva venta hacia las reuniones telemáticas, un modelo de relacionarse con clientes y compañeros que permite gastar hasta un 40% menos que en los encuentros físicos que se realizaban antes del confinamiento. Y lo mismo sucede con la formación 'online' de los trabajadores, que puede representar hasta un 50% menos de la inversión sin mermar la calidad formativa.
Las empresas también recortan algunos de los beneficios sociales que sus trabajadores tienen asociados al trabajo presencial, como los 'tickets' restaurante, la ayuda para los desplazamientos o los vehículos de empresa. De hecho, se reducen las visitas a clientes o a otras sedes de la compañía, ahorrando entre un 15% y un 25% del presupuesto destinado habitualmente a esta partida.
Por su parte, los trabajadores evitan los desplazamientos diarios a la oficina, gastando hasta un 80% menos en gasolina y ayudando al medioambiente. Pero también se aprietan el cinturón al dejar de consumir el café de media mañana y las comidas fuera de casa, gastos que suelen suponer un buen pellizco del salario de muchos trabajadores. Según EffiWork, comer en casa facilita es hasta un 60% más barato.
Tampoco hay que obviar la conciliación con la vida familiar, ya que el teletrabajo permite cierta flexibilidad para que los trabajadores que son padres puedan llevar y recoger a los niños sin necesidad de tener que recurrir a ayuda externa o ampliar horario de colegios y guarderías.
En cualquier caso, las oficinas físicas no dejarán de existir. Como explica el responsable de investigación de Real Estate en Schroders, Mark Callender, todavía "es pronto para asumir que la oficina está obsoleta, dadas sus ventajas estructurales". Desde su perspectiva, considera que "la mayoría de los ocupantes vuelvan a los patrones de trabajo anteriores, aunque es posible que más gente trabaje un día a la semana en casa".
"Las nuevas tecnologías, la automatización de procesos robóticos y el reconocimiento de voz probablemente suponen una mayor amenaza para la oficina. Sin embargo, la demanda de oficinas en los centros de las ciudades y cerca de las universidades debería seguir aumentando, impulsada por el crecimiento de la tecnología, las ciencias de la vida y los servicios profesionales", concluye este experto.