Su rentabilidad por dividendo queda reducida al 4,5%, en línea con el sector
Relativamente sorprendido. Así se ha mostrado el mercado ante la decisión de Telefónica de recortar su dividendo para los ejercicios 2016 y 2017. Sorpresa, sí, porque la operadora había repetido en innumerables ocasiones que el dividendo no se tocaba. Pero relativa, también, porque los analistas e inversores sabían que una rentabilidad por dividendo del 8% era insostenible.
Al final, la empresa presidida por José María Álvarez-Pallete se ha rendido a la evidencia. Y ha terminado recortando la retribución a los accionistas en un entorno condicionado por el elevado endeudamiento de la operadora y los numerosos problemas que había tenido últimamente para vender activos y reducir su abultada deuda.
El tijeretazo se aplica en dos fases desde los 0,75 euros que abonará durante el presente ejercicio. Con cargo a 2016, la operadora repartirá 0,35 euros en noviembre de 2016 mediante un ‘scrip dividend’ (efectivo o acciones) más 0,20 euros en el segundo trimestre de 2017. En total, por tanto, 0,55 euros. Con cargo el ejercicio de 2017, repartirá 0,40 euros en efectivo, 0,20 euros en el cuarto trimestre de 2017 y 0,20 euros en el segundo trimestre de 2018.
Con esta decisión, Telefónica pretende “fortalecer el balance” y reducir de manera “sustancial” la deuda de manera orgánica, sin tener que vender activos de forma obligada. Todo ello mientras aumenta el parámetro clave del flujo libre de caja (FCF) hasta 4.000 millones de euros en 2016. Así, Telefónica señala que el nuevo compromiso con el accionista es “una rentabilidad por dividendo consistente con el mercado y un payout (parte de los beneficios dedicada al pago del dividendo) sostenible”.
EN LÍNEA
La clave para el mercado es saber cómo queda a partir de ahora la rentabilidad por dividendo de la ‘teleco’ española con respecto a sus principales competidores. Porque la situación cambia radicalmente desde el 8% que lucía ahora hasta el 4,5% previsto con cargo a 2017. Más que nada, porque supone que Telefónica pierde uno de los principales atractivos que tenía frente a otras compañías, puesto que ahora su retribución se encuentra más alineada con el resto.
Entre las grandes telecos, Deutsche Telekom ofrece una rentabilidad por dividendo del 3,7%, Vodafone del 5,2% y Orange del 4,2%
La operadora alemana Deutsche Telekom paga un dividendo de 55 céntimos por acción y ofrece una rentabilidad por dividendo del 3,7%. Su capitalización bursátil es de 70.000 millones de euros. Su política es aumentar el dividendo en función del flujo de libre de caja. Por ejemplo, en 2015, aumentó un 10%, hasta 4.500 millones de euros, el mismo porcentaje en el que aumentó su dividendo. Ofrece la posibilidad de cobrar el dividendo en efectivo o en acciones.
El grupo británico Vodafone paga un dividendo de 11,45 peniques por acción y ofrece una rentabilidad por dividendo del 5,2%. Su capitalización bursátil es de casi 60.000 millones de libras. Su objetivo declarado también es aumentar el dividendo. Su estimación para el ejercicio fiscal 2016/2017 es alcanzar un flujo de caja libre de 4.000 millones de euros. Su ratio de deuda neta sobre el EBITDA es de 2,5 veces.
En cuanto a Orange, pagará un dividendo de 60 céntimos por acción en 2016 y ofrece una rentabilidad por dividendo del 4,2%. Su capitalización bursátil es de 38.000 millones de euros. Su objetivo es mantener su nivel de endeudamiento en un ratio de 2 veces su EBITDA y su compromiso es mantener el dividendo actual de 60 céntimos para el periodo 2015-2018.
El grupo italiano Telecom Italia tuvo que suspender el pago de dividendos debido a su alto endeudamiento y a su escaso crecimiento orgánico. Su capitalización bursátil es de tan sólo 10.600 millones de euros. “La determinación de nuestra futura política de dividendos y el montante de los mismos dependerá de un número de factores, como los beneficios, la condición financiera, los requisitos de capital y las previsiones”, explica la empresa.
La rentabilidad por dividendo de las telecos nórdicas es mayor: la de Telenor es del 5,8%, mientras la de Telia se eleva hasta el 8%
La empresa noruega Telenor paga un dividendo de 7,50 coronas suecas por acción y ofrece una rentabilidad por dividendo del 5,8%. Su política es ofrecer un dividendo que oscila entre el 50% y el 80% de sus ganancias anuales y el objetivo es aumentar anualmente la retribución al accionista. Su valor en bolsa es de unos 22.000 millones de euros. Su objetivo es mantener el ratio de deuda sobre el EBITDA por debajo del 2%.
La operadora sueca Telia (antigua TeliaSonera) es la 'teleco' cuya retribución al accionista es más elevada. Paga un dividendo de 3 coronas suecas por acción y su rentabilidad es del 8,2%. Para el año fiscal 2016, su compromiso es distribuir al menos un dividendo de 2 coronas suecas. Su ratio de deuda sobre el EBITDA es uno de los más bajos, de 1,67 veces. Su capitalización bursátil es de casi 16.000 millones de euros.
En el caso de la teleco holandesa KPN, paga un dividendo de 10 céntimos por accion y ofrece una rentabilidad por dividendo del 3,6%. Su capitalización bursátil es de 12.700 millones de euros. Su política es aumentar el dividendo en 2016 en “línea con el crecimiento del flujo de caja”. Su compromiso es “mantener el perfil de crédito de su grado de inversión y utilizar el exceso de efectivo para su flexibilidad financiera, a través de pequeñas adquisiciones o remuneración al accionista”.
¿HABRÁ MÁS?
Desde Bankinter, comentan que el recorte del dividendo de Telefónica “se trata de una decisión lógica” tras no poder vender los activos planeados (O2 en Reino Unido y Telxius en España). Sin embargo, estos expertos no son positivos con el valor, ya que han reiterado su recomendación de venta, tras ajustar ligeramente el precio objetivo de 8,6 hasta 8,7 euros por acción.
Bankinter incluso no descarta otro recorte del dividendo, mientras JP Morgan considera que los accionistas saldrán beneficiados por el menor efecto dilutivo
Bankinter no prevé “ventas de activos a corto plazo”, por lo que señala que la deuda se reducirá “de manera muy gradual”. En este escenario, incluso comenta que “no es descartable un nuevo recorte de la política de distribución”. Además, estos analistas se muestran "preocupados" por la evolución de los ingresos en España y añaden que "hay más riesgos a la baja que potenciales catalizadores" para el valor. En este sentido, remarcan que los mercados de "Alemania y Reino Unido siguen muy penalizados por la falta de ofertas integradas" frente a las de la competencia.
Desde JP Morgan Chase son mucho más positivos. El banco de inversión estadounidense recomienda sobreponderar sus acciones, con precio objetivo 11,70 euros, y afirma que el objetivo de Telefónica de alcanzar un ratio deuda/EBITDA de 2,5 veces de manera orgánica “es alcanzable en 2018”. Además, señala que “si es respaldado por las agencias de rating”, será positivo para “los inversores”, ya que reducirá la presión sobre el balance, eliminando la dilución del ‘scrip dividend’. No obstante, también dice que “la salida a bolsa o la venta de O2 sigue siendo una prioridad estratégica para el grupo”.
Sobre las agencias de rating, Fitch ha comentado que “el recorte del dividendo demuestra el compromiso de la dirección para reducir la deuda y aumentará el flujo de caja libre (FCF) y la capacidad orgánica de desapalancamiento”. El recorte del dividendo aumentará el FCF en 350 millones de euros anuales. Fitch ha afirmado que este movimiento permitirá a Telefónica mantener el rating actual de BBB y “reduce su dependencia de las ventas de activos” para reducir su deuda, lo que le otorga más capacidad de maniobra.
Desde el cierre del 26 de octubre -la reducción del dividendo se anunció antes de la apertura del 27 de octubre-, los títulos de Telefónica bajan un 4,3%, hasta los 8,85 euros, en línea con el 4,2% que también ha cedido el Ibex en el mismo periodo. Este lunes la teleco sube en torno al 1% en el Ibex.