Las grandes operadoras aspiran a lograr fondos con sus infraestructuras.
Si tienes necesidad de vender es mejor guardarte algún as en la manga, sobre todo si tus principales rivales planean jugar, exactamente, con las mismas cartas. Es lo que está ocurriendo con los tres grandes grupos de telecomunicaciones europeos, Telefónica, Vodafone y Orange, que han decidido poner el cartel de ‘se vende’ a sus torres. Y lo han hecho, precisamente, al mismo tiempo.
Un movimiento en paralelo al que se ven obligados por su necesidad de lograr ingresos extraordinarios, reducir deuda y soltar lastre con unas infraestructuras por la que actualmente hay apetito en el mercado. Eso sí, quien primero ejecute la desinversión no sólo será el que antes consiga esa liquidez extra, sino que logrará una ventaja competitiva, según señalan desde el sector. Más aún en un momento económico como el actual, donde la recesión y las guerras comerciales sobrevuelan y acentúan la incertidumbre en las principales economías.
QUÉ ESTÁ A LA VENTA
En el caso de la operadora española, Telefónica tiene a la venta alrededor de 50.000 torres de telecomunicaciones (al margen de su participada, Telxius). Se trata de menos de la tercera parte de toda su red, que alcanza las 130.000 instalaciones en todo el mundo. Por ella podría obtener entre 4.900 y 6.100 millones de euros, según las estimaciones realizadas por Banco Sabadell. Una desinversión para la que ha contratado a Goldman Sachs.
En el caso de Vodafone, decidió en verano segregar su red europea, de más de 61.000 torres, con el objetivo de monetizar la operación en algo más de un año (18 meses). En concreto, baraja sacarla a bolsa o vender una participación a un socio, ya sea industrial o financiero. Sobre el negocio en sí, la operadora británica destaca que TowerCo (como denomina la sociedad) logrará unos ingresos anuales de 1.700 millones de euros y un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 900 millones.
Es el mismo movimiento que está sondeando Orange, según indicó hace unos días su consejero delegado, Stéphane Richard, en una conferencia con analistas en Nueva York, que sondea la creación de una filial para agrupar este tipo de activos y, a partir de ahí, vender una participación de esta.
LOS CANDIDATOS
Entre los posibles compradores, en el caso de la operación de Telefónica, está sobre la mesa el nombre de Telxius. No sólo porque sea su participada, dado que la compañía presidida por José María Álvarez-Pallete comparte su accionariado con el fundador de Inditex, Amancio Ortega; y el gigante de la inversión KKR. También, porque Telxius se está quedando por detrás de sus competidores. En concreto, suman 18.000 torres (además de cable submarino), por lo que su nombre está en las quinielas por su necesidad de crecer.
Más aún cuando su rival ‘local’, Cellnex mantiene su apetito comprador. No sólo acaba de cerrar la compra de la división de ‘telecos’ de Arquiva, con la que suma 53.000 torres, también porque asume que tiene aspiración de seguir comprando. De hecho, la agencia de calificación Fitch señalaba hace unos días que Cellnex perfila potenciales adquisiciones por valor de 7.000 millones de euros.
Al margen de Cellnex, el otro gran operador de infraestructuras que podría plantearse elevar su exposición al mercado europeo es American Tower que, en este continente, sólo tiene presencia en Francia y Alemania. Y si se trata de fondos, en este caso, KKR quedaría fuera de una ecuación en solitario, por ser accionista de Telxius. No ocurre lo mismo con BlackRock, que es accionista pero muy minoritario de American Tower. En el plano nacional, la opción de comprador sería Asterion, el fondo de infraestructuras fundado por el exKKR Jesús Olmos.