El banco francés toma posiciones en el capital de la inmobiliaria con un derivado financiero poco común que abarca a algo más del 1% de Axiare
Se trata de uno de los enfrentamientos de la temporada en la bolsa española: la toma de control de Axiare, una socimi (sociedad inmobiliaria de inversión) con un tamaño en bolsa de unos 1.500 millones de euros que pronto se convirtió en el objeto de deseo de Colonial. Desde finales de 2016, la antigua inmobiliaria de La Caixa cobró presencia en el accionariado con la toma del 15% de Axiare. Sin embargo, pese a esta participación, nunca ha tenido representación en el consejo de administración. Los gestores de Axiare se lo han cerrado desde que el primer momento calificaron de hostil el acercamiento de Colonial.
Pero en Colonial no se dieron por vencidos y así, en octubre del pasado año, iniciaron el asalto definitivo sobre Axiare. Un domingo cualquiera, la compañía cerró con varios fondos (Pelham, el principal) la compra del 14% del capital de su participada como consta en los comunicados enviados a la CNMV. Ese mismo lunes, antes de que las acciones de Axiare comenzasen a cotizar, Colonial se vio obligada a lanzar una oferta de compra sobre el 100% y revelar su cartas para sorpresa de los inversores, que hasta entonces habían recibido el mensaje opuesto por parte de la segunda inmobiliaria del Ibex 35.
Según comunicó a la CNMV la propia Axiare, alrededor del 20% del capital no ve con buenos ojos el precio ofertado de 18,36 euros por acción
De forma súbita comenzaron a emerger en Axiare 'hedge funds' de lo más diverso, motivados por la resistencia de su consejo a caer en manos de Colonial y por la posibilidad de presionar al futuro comprador exigiendo un mayor precio al planteado, algo que no descartan los analistas e inversores que siguen la acción. De hecho, según comunicó a la CNMV la propia Axiare, alrededor del 20% del capital no ve con buenos ojos el precio ofertado de 18,36 euros por acción y que valora a la socimi en unos 1.500 millones.
Pese a la tensión existente con el futuro comprador, el presidente de Axiare, Luis Alfonso López-Herrera Oria, ha manifestado su intención de vender a Colonial su 1,8% del capital. El resto del consejo, encabezado por el exjefe de inmobiliario de Banco Santander, Luis Arredondo, y el exresponsable en España de Goldman Sachs y Merrill Lynch, David Jiménez-Blanco, ha rubricado la opinión favorable a la opa, considerada justa (fair) y, por tanto, no han expresado oposición explícita a que Colonial tome el control.
Sin embargo, han logrado dejar negro sobre blanco las dudas sobre la manera en que la compañía se ha lanzado sobre Axiare. La principal, como recoge el informe enviado a la CNMV, los acuerdos de compraventa previos a la opa con fondos como Pelham y el precio pagado por sus acciones.
MUCHOS INSTITUCIONALES, POCOS MINORISTAS
Las dudas que expresan son razonables: ¿Cuál es la verdadera contraprestación ofrecida a estos fondos? ¿Incluye el dividendo pagado en noviembre? ¿Hay otros compromisos que no se han revelado? Entre unas incógnitas y otras, un grupo de bancos de inversión y ‘hedge funds’ han tomado partido en la operación hasta agrupar el 40% del capital de Axiare.
El último en llegar es el francés Société Générale, que ha comunicado el control sobre el 1,3% de la socimi. El habitual banco de confianza a la familia Villar-Mir, minoritarios en Colonial, SG declara un extraño derivado financiero denominado Dynamic Portfolio Swaps Buy (DPSB) que se utiliza para que uno de sus clientes tenga exposición a una acción, en este caso Axiare, pero sin tener las acciones.
La presencia del banco francés se sucede a otras grandes entidades que han ido dejando constancia de su presencia en el capital como HSBC, que declaró esta semana el 7% del capital, o T-Rowe, con otro 5,5%.
Desde Colonial también hay poderosos inversores que se están jugando su dinero
El omnipresente Goldman Sachs, antigua casa del consejero Jiménez-Blanco, tiene otro 5,5%, mientras que Citigroup controla cerca del 5%. Entre los fondos de inversión con participaciones relevantes se encuentran Wellington (2,4%) y los hedge funds Maven, Sandgrove, Syquant, Amber o Gruss Capital, con participaciones que oscilan entre el 1,2% y el 6,7%.
En total, un 40% del capital de Axiare, y el futuro de la compañía, está en sus manos frente al 29% de Colonial, que necesita al menos otro 21% para ganar su batalla. Esta situación ha reducido de forma sustancial la liquidez bursátil de la socimi y el free float (porcentaje de acciones que cotizan libres) de la compañía hasta el punto de que BME, gestora de los índices Ibex, ha optado por excluirla del Ibex Small Cap tras incluirla a finales diciembre pasado en este selectivo. Y esto tiene consecuencias: la baja proporción de acciones libres en bolsa acrecentará la volatilidad de la acción.
Desde el otro lado, el de Colonial, también hay poderosos inversores que se están jugando su dinero. Para financiar la operación, Colonial emitió rápidamente 800 millones de euros en bonos y, después, realizó una ampliación de capital de forma acelerada por valor de 400 millones de euros con la ayuda de Goldman Sachs, JPMorgan, BNP, Natixis y Credit Agricole. La mayoría fue suscrita -dos de cada tres acciones emitidas- por el principal accionista de la compañía, el grupo mexicano Finaccess que lidera Carlos Fernández y cuenta con el 18% del capital.
Es junto al dinero del Golfo de Qatar (10,6%), el del Caribe de Grupo Santo Domingo (7,5%) y el de la familia Puig (5%), el respaldo de Colonial en su transformación acelerada tras haberse quedado rezagada frente a su sector. De hecho, no fue hasta el verano de 2017 cuando la empresa colgó los hábitos de inmobiliaria tradicional para convertirse en socimi, una figura jurídica existente desde finales de 2012.