El mercado está pendiente de que Abengoa anuncie malas noticias en breve
2020 empezó sin coronavirus, pero con una quiebra sobre la mesa entre las cotizadas españolas de pequeña capitalización (conocidas coloquialmente como 'chicharros'). Sniace anunciaba en febrero, tras años de arrastrar duros problemas, que se acogía al proceso de liquidación. Durante los meses restantes, en medio de la pandemia, las compañías que integran la bolsa española han aguantado en su mayoría sin echar el cierre, pero el semestre ha finalizado con una al borde del precipicio y otra que puede anunciar en breve que sigue este camino.
Nyesa ha comunicado esta semana que sus problemas en Rusia le han abocado a un patrimonio neto negativo de 10,1 millones, lo que le lleva a situarse en causa de disolución. La empresa ha informado de que intentará evitar este extremo promoviendo una propuesta de modificación de su convenio de acreedores y desarrollando un plan de viabilidad. Los problemas en Rusia, con su Proyecto Narvskaia, que ahora considera inviable, le han provocado un deterioro en sus cuentas correspondientes al ejercicio de 2019 de 45,2 millones.
Nyesa se desplomó un 37% el lunes tras dar a conocer la noticia, lo que le ha colocado como el peor valor del mercado español en lo que llevamos de año (-68%). Técnicamente, está en caída libre absoluta y sin soportes de ningún tipo.
Y si lo de Nyesa ha sido una sorpresa para el mercado, no lo fue que lo que ocurrió con Sniace a comienzos de año. La compañía ya había vivido un momento muy delicado hace ocho años cuando anunció el cierre de una de sus fábricas y un ERE de extinción. En 2013 fue suspendida de cotización y entró en concurso de acreedores. Los intereses políticos consiguieron salvarla entonces (volvió a cotizar en marzo de 2016), pero eso no ha sido posible este año, cuando la decisión de Cogen Energía de romper su contrato con Sniace ha sido la gota que ha colmado el vaso y le ha llevado a la quiebra.
Sniace ha solicitado esta semana la exclusión de sus títulos de negociación, unos títulos que llevan suspendidos desde febrero. Con su quiebra, los minoritarios han perdido toda su inversión.
El año comenzaba también con otra compañía que estuvo al filo de perder todo. Se trata de Deoleo, que llevó a cabo una 'operación acordeón' (que consiste en reducir el capital social a cero y posteriormente aumentarlo) que dejó a sus minoristas sin nada. Esta misma operación es similar a la que ha anunciado Nyesa para solventar su situación.
A finales del mes pasado, la CNMV anunció la suspensión de cotización de las acciones de Deoleo y el 25 de junio empezaron a cotizar las nuevas acciones provenientes de una ampliación de capital de 50 millones de euros.
El mercado está ahora pendiente de que otra compañía de pequeña capitalización, Abengoa, que lleva años y años sufriendo gravísimos problemas financieros, anuncie su quiebra. 'Expansión' publicaba recientemente que esto ocurrirá en breve. La empresa ha dicho que continúa trabajando en cada una de las actuaciones que se apuntaron como necesarias para superar su desequilibrio patrimonial. De momento, ha retrasado la publicación de sus resultados correspondientes al ejercicio 2019, lo que no transmite un mensaje demasiado positivo.
Moody's auguraba la semana pasada en un informe que una serie de 'chicharros' podrían quebrar este año. Uno de ellos es precisamente Deoleo, y los otros Codere, Telepizza y DIA. La agencia indicaba también que otras dos compañías -Prisa y Parques Reunidos- son "muy vulnerables".