El gigante petrolero Shell rebaja sus objetivos de reducción de emisiones

Uno de los aspectos más destacados de esta Estrategia es que ha rebajado sus objetivos de reducción de emisiones. La empresa ahora tiene como objetivo reducir su intensidad neta de carbono en un 15% al 20% para 2030, cuando su objetivo anterior era del 20%.

La compañía ha explicado que quiere liderar la transición energética allí donde cuenta con fortalezas competitivas. Así, ha señalado que este enfoque de centrarse en donde puede aportar más valor ha provocado un cambio de estrategia en su negocio integrado de energía.

"Planeamos desarrollar nuestro negocio de energía, incluida la energía renovable, en lugares que incluyen Australia, Europa, India y Estados Unidos, y nos hemos retirado del suministro de energía directamente a hogares en Europa", ha precisado.

En línea con este cambio hacia la priorización del valor sobre el volumen en el sector de la energía, Shell se enfoca en mercados y segmentos "selectos". Esto incluye vender más energía a clientes comerciales y menos a clientes minoristas, ha remarcado.

"Dado este enfoque en el valor, esperamos un menor crecimiento total de las ventas de energía hasta 2030, lo que ha llevado a una actualización de nuestro objetivo de intensidad neta de carbono. Ahora estamos apuntando a una reducción del 15-20% para 2030 en la intensidad neta de carbono de los productos energéticos que vendemos, en comparación con 2016, frente a nuestro objetivo anterior del 20%", ha revelado.

Shell se une a otras grandes petroleras europeas que han ajustado sus planes para la transición a emisiones netas cero. Cabe recordar que BP redujo sus ambiciones el año pasado.

AÚN ASPIRA A EMISIONES NETAS CERO EN 2050

Con todo, la petrolera aún aspira a convertirse en una compañía con emisiones netas cero para 2050. Así, ha hecho hincapié en sus inversiones de entre 10.000-15.000 millones para el periodo 2023 y finales de 2025 en soluciones energéticas con bajas emisiones de carbono. En 2023, ha detallado que invirtió 5.600 millones de dólares en soluciones con bajas emisiones de carbono, más del 23% de su gasto total de capital.

Estas inversiones incluyen carga de vehículos eléctricos, biocombustibles, energía renovable, hidrógeno y captura y almacenamiento de carbono.

La empresa ha dicho que sus inversiones en nuevas tecnologías están ayudando a reducir las emisiones tanto para ella como para sus clientes. Ha indicado además que propone ayudar a escalar nuevas tecnologías para convertirlas en una opción asequible para sus clientes, enfocando su apoyo en áreas clave que considere críticas para la transición energética: políticas que respalden las ambiciones nacionales de emisiones netas cero, incluida la fijación de precios del carbono, suministrando la energía segura que el mundo necesita, impulsando cambios en la demanda y fomentando el crecimiento de soluciones con bajas emisiones de carbono.

"Shell tiene un papel muy importante que desempeñar en proporcionar la energía que el mundo necesita hoy, y en ayudar a construir el sistema energético con bajas emisiones de carbono del futuro. Nuestro enfoque en el rendimiento, la disciplina y la simplificación está generando elecciones claras sobre dónde podemos tener el mayor impacto a través de la transición energética y crear el mayor valor para nuestros inversores y clientes. Creemos que este enfoque hace que sea más, no menos, probable que logremos nuestros objetivos climáticos", ha declarado Wael Sawan, consejero delegado de Shell.