Según un test de estrés realizado por ICEA en un estudio en colaboración con Amundi
Las aseguradoras españolas podrían perder 50.000 millones de euros en su cartera de inversión si en el futuro se produjese una ‘crisis’ como la de 2011-2012. El cálculo procede de un test de estrés realizado por ICEA, el servicio de estadísticas y estudios del sector seguros en España. Pero, hay maneras de amortiguar la pérdida. La principal es introducir activos alternativos.
Para definir el escenario adverso que se utiliza en el estudio para comprobar la resistencia de la cartera de inversión del seguro, ICEA toma como referencia lo ocurrido entre octubre de 2011 y julio de 2012, periodo en el que España estaba inmersa en plena crisis del euro.
En ese momento, la bolsa española cayó alrededor de un 30%, el rating de España bajó del AA al BBB+ y la prima de riesgo frente al bono alemán a diez años se incrementó en, aproximadamente, 220 puntos básicos. Además, se considera un shock en el mercado inmobiliario que se traduce en una caída de precios del 23% en los inmuebles residenciales y del 34% en los inmuebles comerciales.
Con la cartera base actual, las inversiones de las aseguradoras cederían un -17,04% ante el escenario adverso anteriormente descrito. Pero si el seguro comprara más activos alternativos para diversificar su cartera de inversión, la pérdida sería menor. Por ejemplo, si los activos alternativos pesaran un 25%, la pérdida sería del -13,45%, por valor de 38.000 millones. Entre las dos hipotéticas pérdidas, hay 12.000 millones de diferencia que podrían retenerse en las arcas del sector seguros.
Según Miguel Ángel Rodríguez, colaborador de ICEA y autor del estudio ‘Carteras de inversión de las aseguradoras españolas: Situación, optimización y test de estrés’, en colaboración con la gestora francesa Amundi Asset Management, si se construyeran carteras que incorporen activos alternativos -como el capital riesgo, el inmobiliario, los hedge funds o las infraestructuras- y que tengan una rentabilidad esperada igual a la del sector asegurador en 2017 (un 2,8%), “se observa que la diversificación por la introducción de dichos activos reduciría el impacto negativo sobre la valoración de la cartera entre un 4,2% y un 21,1%”.
EN QUÉ INVIERTEN LAS ASEGURADORAS ESPAÑOLAS
Históricamente, el seguro español se ha caracterizado por su “prudencia” en la gestión de las inversiones, donde el grueso está en renta fija y, concretamente, en los propios bonos del Estado español. En 2018, prácticamente el 83% de su inversión se concentró en activos conservadores, entre ellos el efectivo, los depósitos y la renta fija gubernamental y de empresas.
De entre las principales economías de la zona euro, las compañías de seguros de España son quienes más deuda pública tienen. En concreto, 1,7 veces más que la media europea y más de tres veces respecto a Alemania. Aunque hay que tener en cuenta que, precisamente, el bono español ha pagado durante los años de la crisis mucho más interés que el alemán, y de ahí su gran uso por los inversores institucionales. Creyeron en la garantía y solvencia de España en plena crisis del euro y se aprovecharon de su mayor rendimiento en el mercado ante las dudas internacionales.
El volumen de inversión del sector asegurador español se situó en los 295.287 millones a cierre de 2018, un 0,4% más que un año antes. De esta cartera, tres de cada cuatro euros están invertidos en renta fija y, dentro de ella, un 73,2% son bonos públicos. De éstos, un 83,7% son títulos españoles, casi todos de la administración central.
Sin embargo, la renta variable, los fondos de inversión y los inmuebles únicamente equivalen a un 5,2%, a un 7,8% y a un 3,6%, respectivamente, de la cartera de inversión de las aseguradoras nacionales. En activos arriesgados (bolsa y fondos de inversión), el seguro español tiene un 13% de sus inversiones, la mitad que la media europea.
PÉRDIDA DE EFICIENCIA
Entre 2012 y 2017, la cartera del sector asegurador español redujo su rendimiento en un 32%, debido sobre todo al entorno de tipos al 0% establecido por el BCE para luchar contra la crisis en la zona euro, un entorno que seguirá como mínimo hasta 2020.
En 2012, sus inversiones rentaban un 4,1% y, cinco años más tarde, un 2,8%. El seguro alemán, sin embargo, es el que mejor está resistiendo en rentabilidad de sus inversiones gracias a la diversificación de su cartera. En el mismo periodo, únicamente se dejó un 22,2%.