Han salido del banco más de 3.000 trabajadores y deberán hacerlo otros 150 a principios de 2020
Santander ha culminado la segunda fase del segundo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que ha lanzado tras la compra de Popular. Han abandonado ya la entidad unos 3.069 trabajadores, de los que 39 lo han hecho forzosamente, una opción a la que el banco ha recurrido a pesar de que se presentaron voluntarios unos 5.558 trabajadores. Así, más de 2.500 peticiones para adherirse al ERE fueron rechazadas y, con todo, el banco ha efectuado despidos forzosos, algo que fuentes sindicales achacan a un intento del banco de abaratar el coste del ajuste.
"Quieren abaratar el proceso. En vez de aceptar a los voluntarios de más edad que demandan irse del banco, elige a jóvenes que no quieren irse", apuntan a Bolsamanía fuentes sindicales, que explican que la mayoría de las solicitudes de adhesión voluntaria al ERE son de trabajadores mayores de 55 años. De hecho, esta franja de edad copa el 60% de las solicitudes, mientras que los menores de 50 años representan solamente el 30%.
Estas fuentes van, incluso, más allá. Según explican, existe un "número indeterminado" de empleados que se habrían presentado voluntariamente al proceso después de haber sido presionados por el banco bajo la amenaza de ser despedidos en cualquier caso. Con todo, una vez terminado el plazo de adhesión, la entidad ha registrado 39 despidos forzosos.
Durante el periodo de negociación, en la plantilla ya se temía que la entidad hiciera “listas negras” para acometer despidos forzosos, basándose en la evaluación de desempeño que el banco realiza anualmente.
El banco llegó a un acuerdo con la mayoría de la representación sindical la pasada primavera, con la excepción de la organización CGT, que desde un inicio rechazó apoyar cualquier plan. El acuerdo final afectaba a 3.223 empleados del banco.
La entidad mejoró las condiciones que ofreció a la representación de los trabajadores al inicio de las negociaciones, pero no llegó a igualar las acordadas en el ERE de servicios centrales que aplicó en 2017, poco después de hacerse con Popular tras su resolución. "Ahora a la plantilla de la red le vienen con rebajas”, criticaban entonces los sindicatos.
Los trabajadores que ahora abandonan el banco lo hacen con prejubilaciones del 80% del sueldo en el caso de que tengan 59, 60 y 61 años, mientras que en el resto de rangos de edad el abono es menor, del 78%, el 75% o el 60% en el caso del tramo menos beneficiado, el de entre 50 y 54 años. Precisamente, este tramo es en el que existen más diferencias en comparación con el ERE anterior, en el que este colectivo recibió el 80% del sueldo.
A estas prejubilaciones se suman las indemnizaciones correspondientes a las bajas incentivadas para los menores de 50 años, así como las primas por antigüedad y voluntariedad.
TERCERA FASE, EN 2020
Al ERE aún le quedará por resolver una tercera fase en la que saldrán del banco unos 154 empleados, todos correspondientes a determinados departamentos de los servicios centrales territoriales, como Riesgos, Recursos Humanos u Organización.
De acuerdo con las mismas fuentes, el banco aún no ha decidido quiénes serán los elegidos, pues no se ha cerrado todavía el proceso de adscripción voluntaria. Con estos 154, se completa el cupo de las 3.223 bajas que entidad y sindicatos acordaron en las negociaciones del ERE hace ahora cinco meses.