Cree que Sevilla hizo "lo que le ha parecido conveniente en cada momento"
La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha reconocido sentirse "un poco" defraudada con Jordi Sevilla, que a finales del pasado mes de enero presentó su dimisión como presidente de Red Eléctrica de España (REE) por "restricciones externas sobrevenidas y discrepancias en el ámbito regulatorio que podrían afectar a la buena marcha de la compañía, a sus planes de futuro y a su gestión como presidente", según informó el grupo.
Asimismo, Ribera ha considerado que Sevilla tenía "un modelo distinto en la cabeza" de presidencia para la compañía, después de que antes de su llegada al cargo los accionistas hubieran decidido separar las funciones ejecutivas, quedando estas en manos del consejero delegado, de la representación institucional, reservada al presidente.
En declaraciones a RNE, la vicepresidenta cuarta del Gobierno, que ha dicho que "en las próximas semanas" se conocerá al nuevo presidente de Red Eléctrica, ha reconocido que la última vez que habló por teléfono con Jordi Sevilla fue en octubre de 2018, aunque sí que tuvo "algún intercambio de mensajes por escrito" con él.
No obstante, desde el punto de vista profesional, Ribera ha agradecido a Sevilla "que haya hecho su mejor esfuerzo" y le ha deseado "lo mejor en el tiempo por venir".
En lo que se refiere a las acusaciones de Jordi Sevilla de injerencias en su labor al frente de la compañía, la titular de Transición Ecológica y Reto Demográfico ha indicado que "forma parte de su vis expansiva" y que todo el mundo "tiene derecho a discrepar" en los aspectos que afectan a una compañía que es el operador del sistema y que "opera prácticamente en régimen de monopolio".
A este respecto, ha señalado que Red Eléctrica tenía "encima de la mesa" tres aspectos "importantes" que afrontar desde la llegada de Sevilla a la presidencia, entre los que se encontraba cómo evaluar de cara al futuro la viabilidad económica de una red cuyos activos previos al año 1998 se consideran que ya estaban amortizados y que tendrán un plazo máximo de retribución hasta 2023, por lo que había que "pensar en más allá y ver cómo se gestiona todo esto", ha dicho.
Además, se ha referido a la gobernanza de la compañía, con la decisión tomada en el pasado por los accionistas del grupo de separar las funciones ejecutivas de la presidencia institucional de Red Eléctrica. "Y yo creo, que él (Sevilla) tenía un modelo distinto en la cabeza. Es legítimo, pero es delicado abordar eso así", ha añadido al respecto.
Asimismo, ha señalado como tercer desafío a abordar por Red Eléctrica el de la estrategia del grupo, como compañía "señera" y donde "más del 90% de los ingresos proceden de la tarifa", y en ver cómo "toma sus decisiones sobre qué riesgos y en dónde invierte".
No obstante, a este respecto, Ribera ha puntualizado que Sevilla hizo "lo que le ha parecido conveniente en cada momento". "De hecho, ha hecho todo lo que quería hacer y a veces en momentos un poco sensibles que podía dar pie a malentendidos por parte de los accionistas", ha concluido.