La posición del Gobierno italiano y de la familia Benetton será clave
ACS ha confirmado que planea lanzar una OPA conjunta sobre Atlantia, operador italiano de infraestructuras, junto a los fondos de inversión GIP y Brookfield. Sin embargo, el gigante estadounidense Blackstone está estudiando la posibilidad de asociarse con los Benetton para realizar otra oferta alternativa. En este sentido, la posición del Gobierno italiano y de la familia Benetton, principal accionista con el 33% del capital, será clave para ver quién se lleva el gato al agua.
El hecho de que ACS no se haya aliado con los Benetton hace aún más difícil que Florentino Pérez pueda tener éxito. Los expertos de Renta 4 afirman que "la operación a priori parece complicada", debido al tamaño de Atlantia pero sobre todo por "la posibilidad de que el Estado italiano pueda poner trabas a la misma", que puede ser "el principal escollo" para que la operación salga adelante.
Para estos expertos, "si finalmente se confirma la operación, permitiría rentabilizar los fondos obtenidos con la venta de Cobra a Vinci, y despejaría la incertidumbre sobre el destino de dichos fondos".
No obstante, destacan como negativo que podría producirse "un significativo repunte del apalancamiento" de ACS, lo que presionaría el grado de inversión.
Los expertos de Bankinter indican que hay varias cuestiones que deben ser aclaradas. En primer lugar, "la estructura de la operación en cuanto al reparto de paquetes entre ACS y los fondos y la financiación de la misma". En este sentido, recuerdan que ACS acaba de recibir el pago de los 5.000 millones de euros por la venta de los Servicios Industriales a la francesa Vinci.
En segundo lugar, señalan que "habría que analizar el papel que pueda jugar el Gobierno italiano (que ya en su día se mostró opuesto a la venta de Autostrade a un inversor internacional)".
Por último, "quedaría por ver si la operación se haría con el beneplácito del principal accionista (la familia Benetton) o si se trataría de una operación hostil", algo clave por el 33% del capital que controla la familia italiana.
Como factor positivo, destacan que "la nueva compañía se convertiría en líder mundial en infraestructuras, un sector que presenta un gran atractivo por la recurrencia de sus flujos de caja a largo plazo". En negativo, destacan el elevado endeudamiento para ACS "en un entorno como el actual de subidas de tipos de interés".
En conclusión, señalan que "aún habrá que esperar a conocer cuáles son los detalles y términos concretos de la operación para poder realizar una valoración, si bien en el corto plazo la cotización de ACS podría verse afectada dada la incertidumbre que siempre se generan en este tipo de situaciones".
Los expertos de Banco Sabadell destacan que "el resultado final para ACS sería ostentar una participación mayoritaria en el negocio de autopistas de Atlantia (en el que ya cuenta con una participación a través de Abertis – 40%)".
En su opinión, debido al tamaño de la oferta y a la elevada deuda de Atlantia, de unos 30.000 millones de euros, "la clave será determinar si el hecho de alcanzar ese objetivo implica que se tenga que consolidar el negocio globalmente (consolidado la deuda)". En este sentido, en la medida que la preferencia de ACS era no consolidar la deuda de Abertis, no descartan "que se pueda alcanzar algún tipo de pacto de accionistas que lo permita".
Esto es muy importante para los ratios financieros de ACS. "La consolidación de la deuda financiera neta (DFN) implica un mayor estrés financiero, si bien el perfil de la misma cambia considerablemente en la medida que el 72% del EBITDA estaría ligado a concesiones de autopistas (vs 11% ahora) que suelen proporcionar mayor estabilidad a los flujos de caja que el negocio de construcción", añaden desde Sabadell..
Por último, señalan que "nuestra opinión de la potencial operación estará condicionada por la valoración a la que se produzca la misma".