La compañía, que tomará medidas para salvarse, tiene problemas en Rusia
Nyesa se ha hundido un 37% en bolsa este martes, hasta 0,0037 euros, tras anunciar que los problemas con su Proyecto Narvskaia en Rusia le han provocado un deterioro de 45,6 millones de euros en sus cuentas correspondientes al ejercicio 2019, lo que supone que el patrimonio neto al cierre de este ejercicio es negativo en 10,1 millones, lo que lleva a situar a la compañía en causa de disolución.
En este entorno, el Consejo de Administración de Nyesa ha acordado promover la presentación ante el Juzgado de lo Mercantil de una propuesta de modificación de su convenio de acreedores tras la entrada en vigor de las medidas en materia concursal aprobadas por el Real Decreto-ley 16/2020, de 28 de abril, de medidas procesales y organizativas para hacer frente al Covid-19. En consecuencia, la compañía está ultimando tanto la propuesta de modificación de su convenio de acreedores como el plan de viabilidad que la acompañará, con un nuevo planteamiento de quitas y esperas, y que a su vez incluirá una operación corporativa consistente en una reducción de capital mediante disminución del valor nominal de las acciones, junto con una ampliación de capital que revierta la situación de desequilibrio patrimonial.
Nyesa ha explicado en un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que uno de los puntos clave de su Proyecto Narvskaia -el cual se compone de un complejo de edificios industriales situados en Moscú- era que el flujo de caja proyectado no preveía la necesidad de financiación adicional para el desarrollo del mismo, puesto que con las ventas que se preveían se autofinanciaba, debido fundamentalmente a que se trataba de un proyecto de rehabilitación de un complejo ya construido y, por tanto, las unidades de venta se comercializarían como un producto cierto, extremo que fue objeto de análisis y emisión de opinión por parte de consultores externos.
Si bien se estimaba el inicio de las obras de rehabilitación con carácter inminente tras la ejecución de una ampliación de capital a primeros de 2018, a mediados de dicho ejercicio se produjeron determinadas circunstancias que retrasaron su inicio. Ante las dudas que surgieron sobre su viabilidad, Nyesa decidió pedir una consultoría que ha acabado concluyendo que, como consecuencias de cambios legislativos en Rusia, el proyecto pasa a requerir financiación que, atendiendo a las condiciones del mercado hipotecario ruso, pasaría por una ratio de apalancamiento no superior al 70% (a un tipo de interés aproximado del 11%), lo que conlleva unas necesidades de fondos propios que inviabilizan el desarrollo del Proyecto Narvskaia en el corto plazo.
Por todo esto, Nyesa explica que el Consejo de Administración, "guiado por un criterio de prudencia", ha decidido clasificar este activo como una inversión inmobiliaria y deteriorar su valor por la diferencia entre el valor del proyecto de desarrollo que estaba registrado y el valor de mercado del activo en base al uso que tiene actualmente. "A este respecto, en las cuentas anuales correspondientes al ejercicio 2019 que han sido publicadas en el día de hoy, se ha registrado un deterioro de 45.622 miles de euros del valor de la inversión financiera de la sociedad", ha explicado en el hecho relevante.