La empresa tenía conocimiento de que el sistema de control de vuelo era defectuoso
Multazo a Boeing. El fabricante de aviones deberá pagar una multa de doscientos millones de dólares para zanjar las acusaciones de haber engañado a los inversores tras dos accidentes mortales de dos modelos 737 MAX, según ha informado la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés). El ex consejero delegado de la firma, Dennis Muilenburg, también tendrá que abonar un millón como sanción.
“En tiempos de crisis y tragedia, es especialmente importante que las empresas públicas y los ejecutivos proporcionen información completa, justa y veraz a los mercados. La compañía Boeing y su ex director general, Dennis Muilenburg, fallaron en esta obligación más básica”, ha afirmado Gary Gensler, presidente de la SEC.
Los dos aviones, uno de Lion Air y otro de Ethiopian Airlines, tuvieron sendos accidentes en 2018 en el Mar de Java (Indonesia) y 2019 en Etiopía, respectivamente. El primero se saldó con la muerte de 189 personas, mientras que en el segundo perdieron la vida otras 157 personas. Tras el accidente de Etiopía, todos los 737 MAX fueron inmovilizados por las autoridades aéreas internacionales.
“Boeing y Muilenburg pusieron los beneficios por encima de las personas al engañar a los inversores sobre la seguridad del 737 MAX, todo ello en un esfuerzo por rehabilitar la imagen de Boeing tras dos trágicos accidentes que provocaron la pérdida de 346 vidas y un dolor incalculable para muchas familias”, ha sentenciado el director de Aplicación de la SEC, Gurbir S. Grewal.
Un mes después del accidente de Lion Air, Boeing emitió un comunicado en el que, según la SEC, Muilenburg sugirió eliminar una referencia a una “actualización de software” de un sistema de control de vuelo defectuoso que la compañía ya había comenzado entonces a rediseñar. El regulador también ha señalado que ordenó a los empleados que añadieran partes de un informe del gobierno indonesio que "destacaba selectivamente" el error del piloto y el mal mantenimiento del avión como factores del accidente.
Según recoge ‘Financial Times’, los abogados internos de Boeing dijeron a Muilenburg en enero de 2019 que el entonces piloto técnico jefe, Mark Forkner, había enviado un mensaje de texto en 2016 en el que decía que había "mentido a los reguladores (sin saberlo)" sobre las características del sistema de control de vuelo. Un comité interno también había planteado preguntas sobre si la compañía explicó adecuadamente el sistema a los reguladores de la Administración Federal de Aviación (FAA).
No obstante, Muilenburg aseguró en abril de 2019 que "no hubo ninguna sorpresa o brecha, que se escapara del proceso de certificación" para el 737 Max, según el regulador de valores. El antiguo CEO agregó en ese momento que Boeing había "retrocedido y confirmado de nuevo que seguimos exactamente los pasos en nuestros procesos de diseño y certificación que producen consistentemente aviones seguros". Finalmente, Boeing despidió a Muilenburg en diciembre de 2019.
En enero de 2021, Boeing acordó pagar 2.500 millones de dólares para resolver una investigación penal con el Departamento de Justicia sobre los aviones. Dos investigaciones del Congreso tras los accidentes descubrieron fallos de gestión, diseño y regulación en el desarrollo y certificación del 737 Max. Esto condujo a una nueva legislación para reformar la certificación de los aviones, dando más control sobre el proceso a la FAA.