La compañía recomienda compañías con exposición a los vehículos definidos por software
Los vehículos y la vanguardia tecnológica siempre han ido de la mano. A lo largo de la historia, los coches han ido incorporando los últimos avances en cada campo para ofrecer productos más sofisticados, completos y sencillos de usar. Con el paso de los años, la electrónica ha ido ganando más y más peso frente a la mecánica, una tendencia que seguirá acelerándose con el tiempo. En este sentido, Morgan Stanley cree que hay grandes oportunidades para los inversores en el campo de lo que llaman "vehículos definidos por software" (SDV, por sus siglas en inglés).
Según estos analistas, un SDV es "cualquier vehículo que gestiona sus operaciones, añade funcionalidad y permite nuevas características principalmente (o en su totalidad) a través del software". La firma neoyorquina define a estos vehículos como "la próxima gran evolución del automóvil" y "la piedra angular de otros nuevos avances, como los coches conectados, la computación centralizada e incluso el vehículo autónomo". "En general, vemos los SDV como un punto de inflexión en la transformación progresiva de los vehículos, de terminales altamente electromecánicos a dispositivos electrónicos inteligentes y móviles que pueden actualizarse continuamente", agregan.
Para los estrategas de Morgan Stanley, la aparición de los SDV en 2012 con el Tesla Model S ha sentado las bases para que la automoción acelere y se acerque cada vez más al llamado "momento iPhone". Los expertos definen este momento como aquel en el que una tecnología, que ni siquiera tiene por qué ser nueva (el iPhone no fue el primer teléfono inteligente), cambia las reglas del juego. Cuando en 2007 Steve Jobs presentó al mundo el primer iPhone, pocos se habrían atrevido a predecir cómo cambiaría no solo la industria de la telefonía móvil, sino también nuestra forma de trabajar o de relacionarnos.
Este cambio de paradigma, explica Morgan Stanley, dará un vuelco a la forma que tenemos de pensar sobre los automóviles. "En un futuro SDV, las funciones vendrán definidas por el software y no por el hardware, lo que refleja cómo utilizamos hoy las aplicaciones y el software en los teléfonos", aseguran.
Este tipo de transformación, subrayan, "recableará " el coche desde la base, "introduciendo computación especializada, sistemas operativos autograduados y actualizaciones inalámbricas". En general, los coches actuales están vinculados a la Unidad de Control Electrónico (ECU), que son microcontroladores específicos de la aplicación que desempeñan una función muy concreta en el vehículo. Estos pequeños chips ejecutan un software que no cambia mucho a lo largo de la vida del vehículo, y cualquier actualización necesaria implica una visita al concesionario. Pero si se basaran en software, estas funciones "podrían evolucionar libremente a lo largo de la vida útil del vehículo y brindar la oportunidad incluso de añadir nuevo software".
Esto, añaden, "facilitaría a los fabricantes la gestión de las funciones de un vehículo a lo largo de su vida útil (no sólo en el punto de venta), la venta de nuevas funciones a los propietarios de los vehículos y la disponibilidad de las mismas funciones en toda la gama de vehículos".
"Los coches dejan así de ser terminales electromecánicos para convertirse en dispositivos móviles inteligentes. Es probable que al principio se siga una vía híbrida, hasta completar el proceso en torno a 2040. El reto para los fabricantes de automóviles es gestionar la disociación de los despliegues de software y hardware. Por otro lado, los fabricantes de chips deben ofrecer una diferenciación de rendimiento que proporcione un mayor apoyo a la pila de valor del fabricante de equipo original (OEM, por sus siglas en ingles), al mismo tiempo que se desprenden de las ataduras del software propietario", sentencian.
Con esto en mente, los expertos de Morgan Stanley recomiendan apostar por varios valores en distintas partes de la cadena de valor de la industria para formar una cartera claramente ganadora. Entre ellos, los analistas del banco neoyorquino tienen clara una cosa por encima del resto: "Tesla primero, otros después".
"Con el lanzamiento del primer vehículo Tesla en 2012, Tesla anunció la llegada de los vehículos definidos por software. El fabricante de vehículos eléctricos ha seguido trabajando para que esto sea cada vez más una realidad. Ha recortado el mazo de cables en vehículos sucesivos, ha impulsado nuevas capacidades de cálculo de IA y ha empezado a ofrecer actualizaciones inalámbricas", destacan desde la firma estadounidense.
Asimismo, subrayan que, si bien "no cabe duda de que habrá más novedades", la clave está "en apreciar que Tesla, como vehículo eléctrico de batería (BEV, por sus siglas en inglés) definido por software, ya ha superado el reto de recablear el coche desde cero para prepararse para la captura de valor en la era SDV".
De igual modo, Morgan Stanley destaca que, aunque muchos fabricantes de equipos originales tradicionales están "notablemente rezagados en este aspecto", Mercedes-Benz es "uno de los OEM tradicionales más capaces de realizar la transición a la nueva arquitectura electrónica y eléctrica". "La empresa cuenta con una estrategia de colaboración con nuevos actores (en informática y servicios) que parece preparar al fabricante de automóviles para el despliegue de vehículos orientados al software a medio plazo", apuntan.
Por otro lado, en el espacio del software y los servicios, la firma estadounidense cree que hay "mucho trabajo para hacer frente a las pruebas de nuevas funcionalidades del software". "La simulación tiene que servir para reforzar los programas informáticos antes de que puedan instalarse en los nuevos vehículos", indican. Para ello, añaden, habrá que organizar las normas y establecer un proceso de certificación del software como listo para un entorno de seguridad crítica como el automóvil. "Creemos que Dassault Systems es una de las empresas que está impulsando este cambio, y señalamos que sus planes en este sentido ya están muy avanzados", sentencian estos expertos.
A su vez, la compañía neoyorquina subraya que Qualcomm "tiene una ruta clara hacia la computación centralizada". El fabricante de chips, explican estos analistas, "parece estar desarrollándose rápidamente en el espacio de los vehículos definidos por software y basados en la nube". Así, las colaboraciones con proveedores de computación en la nube como AWS (Amazon Web Services) están "allanando el camino para un mayor uso de sus nuevos System-on-Chips" y la empresa cuenta con una estrategia de silicio "que impulsa una nueva plataforma ("Ride") que ofrece a sus socios (fabricantes de automóviles, actores de la nube) soluciones viables para permitir un camino hacia los servicios en la nube que pueden asentarse sobre una nueva pila definida por software".
"Esperamos que empresas como Qualcomm sigan creciendo en el sector de los semiconductores de automoción y que la compañía muestre al mercado dónde y cómo está aumentando su presencia en el vehículo. Junto a nombres como Nvidia, esperamos que estos grandes fabricantes de SoC se lleven gran parte de los cerca de 15.000 millones de dólares de TAM que vemos para la nueva computación en el automóvil", añaden.
Por último, en el sector de los semiconductores, Morgan Stanley apuesta con rotundidad por ST Microelectronics, ya que su familia de dispositivos Stellar abarcará tanto microcontroladores tradicionales como los nuevos microprocesadores requeridos para estos vehículos, aunque la empresa tenga que adaptarse a la nueva arquitectura. "De los fabricantes tradicionales de MCU, creemos que ST Micro es el mejor situado para introducirse en el ámbito de la computación centralizada, ya sea como socio de desarrollo conjunto, diseñador de chips complementarios o incluso como empresa independiente. Infineon, por el contrario, sólo busca acompañar, aunque reconoce la oportunidad en el manejo de datos (y señalización)", concluyen.