Prevé una recuperación gradual a partir del verano, aunque ya ha elaborado planes de contingencia
Merlin Properties obtuvo un beneficio neto de 56,4 millones de euros en 2020, lo que representa una caída del 90% respecto a los 564 millones de euros que ganó un año atrás, como consecuencia del impacto que ha tenido la pandemia en el sector inmobiliario, concretamente en la valoración de sus activos.
El valor de los activos de la socimi descendió en términos comparables un 0,6% en el último año, hasta los 12.811 millones de euros, impactado principalmente por el valor de sus centros comerciales, frente a la revalorización del mercado de oficinas.
Este descenso es lo que explica la abultada caída en el resultado neto, ya que la misma partida generó un efecto positivo en 2019. No obstante, se trata de un efecto contable que solo muestra las oscilaciones en el valor de los activos, pero no la evolución del negocio.
Aun así, los resultados operativos también mostraron un descenso respecto al ejercicio anterior, con una caída de las rentas del 4,3%, hasta 503,4 millones de euros, así como del 14,1% en el resultado bruto de explotación (Ebitda), que fue de 365,4 millones de euros.
A este descenso contribuyeron los incentivos facilitados por la compañía a las empresas inquilinas de los locales de sus centros comerciales para afrontar la crisis del coronavirus, uno incentivos valorados en 46,7 millones de euros, contabilizado como un gasto íntegro.
Gracias a esta política comercial, la socimi consiguió amortiguar el impacto de los confinamientos perimetrales y cierres de tiendas en los centros comerciales --que causó una caída del 37% en la afluencia--, ya que un 19,8% de estos inquilinos se acogió a estos incentivos, reduciendo así los impagos al 2,44%.
El consejo delegado de Merlin, Ismael Clemente, ha anticipado en un encuentro con la prensa que en 2021 esa necesidad de protección irá disminuyendo, lo que permitirá aumentar la generación de caja progresivamente a medida que se levanten las restricciones.
En este sentido, la generación de caja en este periodo retrocedió un 16,2%, hasta los 262 millones de euros, precisamente por la concesión de estas bonificaciones. La liquidez, por su parte, ascendió a los 1.253 millones de euros, situando el vencimiento medio de la deuda en seis años.
De cara a este año, la socimi espera "otro año difícil", por lo que ya ha elaborado sus planes de contingencia teniendo en cuenta un escenario semejante a 2020, aunque contempla una cierta recuperación gradual a partir del verano.
Así, estima un beneficio operativo en este escenario de 265 millones de euros, en línea con el de 2020, y solicitará al consejo un dividendo de 0,25 euros por acción, inferior al de 0,35 euros repartido a cuenta de los resultados de 2019, con el objetivo de obtener una retención de caja "prudente".