La compañía española arrastra un problema de reputación que ha dañado su imagen
La confianza es algo que cuesta mucho recuperar si se pierde, y OHL hace tiempo que perdió la de los inversores.
El relevo al frente de la compañía de Juan Miguel Villar Mir por su hijo, Juan Villar Mir, planteaba un cambio de etapa más o menos prometedor. Sin embargo, OHL arrastra un problema de reputación que ha dañado tanto su imagen que parece complicado que pueda recomponerla.
El hecho de que Juan Miguel Villar Mir (padre) y su polémico yerno, Javier López Madrid -que durante mucho tiempo ocupó un cargo de responsabilidad en la empresa- se hayan visto involucrados en problemas judiciales no ha ayudado en absoluto a OHL. Las dificultades que atravesó en México, donde se le acusó de corrupción en lo que fue un verdadero culebrón, con grabaciones incluidas, fueron también un varapalo muy grande para la empresa.
Esta herencia es probablemente la causante de que a la compañía se le castigue con tanta fuerza cada vez que anuncia una mala noticia. Pero es que además, las últimas noticias son especialmente negativas y evidencian su delicada situación.
Ahora OHL no para de caer y cotiza en niveles que no veían desde hace 21 años. Además, lejos de apuntar a un rebote, los expertos técnicos advierten de que ha dibujado una figura horrorosa.
Esta semana en Mercado Amigo, OHL: cuando lo que falla es la confianza.