Anticorrupción no descarta pedir medidas cautelares contra él tras la declaración
El magnate ruso Mikhaíl Fridman comparece este lunes como investigado ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón por su presunta responsabilidad en las maniobras empresariales que llevaron a la quiebra a la mercantil española Zed WorldWide. Se le acusa de la "asfixia económica" de la tecnológica.
La declaración será presencial, en el Juzgado Central de Instrucción número 6, después de que el juez rechazara interrogarle por videoconferencia desde Londres, como solicitó la defensa. Aún así, el magistrado acordó posponer su declaración, prevista para el 7 de octubre, ya que el empresario alegó que por motivos de salud no podía desplazarse hasta Madrid ese día.
Fridman está imputado en esta causa desde el pasado mes de agosto, a petición de la Fiscalía Anticorrupción al considerar que lideró "una práctica que se conoce en el entorno criminal ruso como 'raider' (asalto o ataque) o absorción ilegal de empresas.
De este modo, se le acusa de controlar supuestamente una serie de maniobras para llevar a la "asfixia económica" a la tecnológica española y poder adquirirla por 20 millones de euros, un precio muy por debajo al de mercado. Se le imputan los presuntos delitos de maquinación para alterar el precio de las cosas, administración fraudulenta, insolvencia punible y corrupción en los negocios.
SE DESVINCULA DE CUALQUIER DECISIÓN EMPRESARIAL
Ya en noviembre de 2017, unos meses después de explotar la 'operación Hanta' por la que fue detenido el expresidente de Zed, Javier Pérez Dolset, Fridman remitió un escrito a Anticorrupción en el que se desmarcaba de cualquier responsabilidad en las decisiones empresariales que pudieron haber derivado en la insolvencia del grupo tecnológico.
Sin embargo, un informe policial al que tuvo acceso Europa Press pone en duda esa versión tras rastrear mensajes de WhatsApp y correos electrónicos de distintos implicados, que sitúan al magnate ruso con "el poder fáctico y directo" sobre los directivos y las decisiones que adoptaron causando un perjuicio patrimonial al accionariado español de Zed.
El juez García Castellón le citó a declarar por primera vez el pasado mes de septiembre, pero Fridman recurrió dicha citación alegando que él no habría podido incurrir en ninguno de los delitos que se le imputan porque no ocupaba ningún puesto de toma de decisiones en las empresas que suscribieron contratos o ejecutaron préstamos con la mercantil española. Por ello, el empresario ruso sostiene que los investigadores tienen un "sesgo imputatorio" contra él.