La constructora cierra el trimestre con beneficios tras cinco años de pérdidas en sus cuentas anuales
La constructora FCC cerró 2016 con pérdidas de 165 millones de euros, lo que supuso multiplicar por cuatro los ‘números rojos’ de 2015 y cerrar por quinto año consecutivo en esta situación. El primer trimestre del año ha aliviado un poco las maltrechas cuentas de la compañía, que controla en un 71% el magnate mexicano Carlos Slim, al lograr un beneficio de 21,4 millones de euros frente a las pérdidas de 16,7 millones que arrojaron las cuentas en los tres primeros meses del ejercicio anterior.
Pese a la lenta recuperación que vive el ‘ladrillo’, que está impulsando a las inmobiliarias y a las socimis gracias a su saneamiento y al aumento de las compraventas y los precios, las grandes constructoras todavía sufren en sus ‘carnes’ el freno inversor en España. La licitación de obras cayó el pasado año un 4% y las concesiones un 74% respecto a 2015, según los datos que maneja la patronal del sector Seopan.
Esta realidad ha hecho que las constructoras más expuestas al mercado nacional como FCC hayan visto su negocio reducido, pues todavía se construye en España una quinta parte de lo que se ‘levantó’ en 2007, antes de que estallara la crisis económica. El Ibex 35 puede dar buena prueba de ello, ya que desde el pasado verano ya no forman parte del selectivo tres de las seis grandes del sector como Sacyr, OHL y la propia FCC.
Excluida del Ibex, FCC se revaloriza en el último año un 14,6%, mientras que en el acumulado de 2017 consigue unas ganancias del 15,2% hasta los 8,70 euros por acción, cifras similares a las que maneja el resto de empresas de la construcción. Aunque está aún un 40% por debajo de su máximo bursátil del último lustro, conseguido en 2014 en los 15,09 euros por título.
FCC se revaloriza en el último año un 14,6%, mientras que en el acumulado de 2017 consigue unas ganancias del 15,2% hasta los 8,70 euros por acción
Slim, sin embargo, no ha llegado a ser la sexta persona más rica del mundo invirtiendo en negocios ruinosos y ya ha puesto toda una batería de medidas encima de la mesa para intentar reconducir el futuro de la constructora fundada por Ernesto Koplowitz.
En los últimos meses, FCC ha ido reduciendo deuda a un fuerte ritmo del 30%, aunque aún se eleva hasta los 5.063 millones de euros, y ha mejorado en parámetros financieros como el resultado operativo (Ebitda) o el beneficio neto de explotación (ebit). Además, según la propia compañía, la cartera de negocios se sitúa “en máximos” con 30.650 millones de euros, con actividad para más de cinco años.
Además, ha tomado varias medidas corporativas como la OPA de exclusión sobre el 20,5% de su filial Cementos Portland que aún cotizaban en el mercado, por lo que ahora controla el 97,5% del capital. Con este movimiento, que se concretó en febrero, FCC busca una mayor integración entre las dos compañías, dado que se centran en el mismo negocio, además de dar apoyo financiero a su filial y ahorrarse los costes que supone cotizar en bolsa.
A esta operación en su cementera española, hay que sumarle la venta del 55% de su mismo negocio en Estados Unidos, Giant, a la cementera mexicana Elementia, propiedad también de Slim y Antonio del Valle, otra fortuna azteca que controla el 4% de Banco Popular junto a otras familias del país latinoamericano.
La compañía explicó en su comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en octubre que "la entrada de Elementia permitirá a Giant contar con los recursos necesarios para fortalecer su posición financiera y potenciar su capacidad".
El expresidente de FCC Construcción reconoció haber donado 60.000 euros al Partido Popular en 2011
Además, la influencia del millonario, que también controla gigantes de las telecomunicaciones como Telmex o América Móvil, le ha abierto la puerta a FCC a la construcción del nuevo aeropuerto de México D.F. por 3.925 millones de euros, junto a un conglomerado de empresas en el que también participa Acciona.
LA RECOGIDA DE BASURA EN EL FOCO DE LOS ESCÁNDALOS
Aunque se conoce a FCC por ser constructora, su principal negocio en la actualidad son los servicios medioambientales, como es la recogida de basura, el reciclaje o la limpieza viaria de las calles, que representa algo más del 52% de sus ingresos, mientras que el área de aguas supone un 18%.
Precisamente de su filial ‘medioambiental’ han llegado los últimos escándalos de una empresa que reconoció haber donado 60.000 euros al Partido Popular en 2011 a través del expresidente de FCC Construcción, José María Mayor Oreja, hermano del exministro ‘popular’ Jaime Mayor Oreja. El pasado noviembre, ‘El País’ destapó que FCC falseó los datos de la basura para aumentar la contraprestación del Ayuntamiento de Barcelona. El Consistorio que dirige Ada Colau llevó el caso ante la Fiscalía, además de abrirle un expediente sancionador por supuestamente haber defraudado 3,3 millones a las arcas públicas.
Esta misma semana se ha conocido que la constructora aumentó los daños de la huelga general de noviembre de 2012 con la intención de cobrar más al Ayuntamiento. En concreto, FCC elevó de 47 a 72 los contenedores calcinados en las protestas, lo que supuso 24.000 euros más para Barcelona. La corrupción y los problemas reputacionales que comporta esta es uno de los puntos flacos en su larga travesía por el desierto de la que ahora empieza a salir.